sábado, 21 de septiembre de 2013

BOUGOU: NYUMBWARI SE CANCANU ZIO

Este refrán, muy popular en Mali, bien que en otra zona del país, en Tuba y en la lengua de los Bwa, la etnia local, viene a decir algo así como “la solidaridad hace que el ciempiés camine”. Una expresión que se adapta a las mil maravillas al Pozo de supervivencia en Bougou, que la Fundación ha financiado en el país dogón, noroeste del país, cerca de la frontera con Burkina Faso y de cuyo inicio de obra en unas condiciones durísimas (está excavado en la roca a fuerza de cartuchos de dinamita) informábamos en esta entrada.

Obviamente, el sentido figurativo de los africanos en general y, la imaginaria maliense en particular, hace referencia no al curioso bichito que se mueve con notable agilidad, pese a su aspecto rechoncho, sobre decenas de patas. Y eso es lo que le ha ocurrido al pozo de Bougou, donde gracias a la colaboración de los amigos y simpatizantes de la Fundación ha sido posible que las obras, sobre cuyo progreso se informaba en esta entrada del blog, hayan sido finalizadas en tiempo récord.

A decir verdad, además de la solidaridad de muchos, en este caso el peso de financiación de la obra ha sido llevado a cabo por la familia Ferrer, amigos tan solidarios como inquebrantables con las actividades que lleva a cabo la Fundación. Especialmente, el “pater familias”, Valentín Ferrer quien ha mostrado un especial interés en que el pozo fuera excavado con la mayor rapidez posible, antes de que llegara la época de las lluvias.

Así que de acuerdo con el Comité de Gestión del Agua de Bougou y el Patronato de la Fundación Polaris, se decidió que el pozo llevara el nombre del benefactor principal, esto es, Valentín Ferrer. Por un malentendido lingüístico, en algún momento de la transmisión de los mensajes la palabra del apellido FERRER fue transladada por nuestros amigos malienses en FRERE (hermano), lo cual, en el fondo responde a la realidad, puesto que en la financiación nuestro Valentín Ferrer ha sido apoyado en todo momento por diversos miembros de su familia. Así que, sin quererlo, el malentendido se ha convertido en un malentendido.


Como se puede ver por las imágenes, donde se observa el progreso de la obra, la terminación es impecable, siguiendo el modelo de otros pozos excavados por la Fundación en Mali. Así el brocal, un muro semicircular de un metro de altura, evita que la suciedad acarreada por los animales o arrastrada por el viento del desierto termine dentro del pozo, contaminando el agua. Para más seguridad, la protección se completa con una tapa metálica sobre la que se levanta un armazón de hierro, usado como soporte para la polea o las sogas con la que se extraen los cubos con –nunca mejor dicho- el preciado elemento. Como curiosidad para los interesados en lingüística: CANCANU es la palabra local para CIEMPIÉS.