sábado, 25 de enero de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: ADQUISICIÓN DE UN TRACTOR Y MAQUINARIA AGRÍCOLA PARA CINKASSÉ, TOGO (5)

Este proyecto, realizado en cooperación la  Association “Don Bosco-Nord Togo” Salesianos Provincia de África Occidental, y liderado por el padre Zudaire, misionero en la zona, estaba enmarcado en un programa de formación agrícola dirigido a jóvenes rurales. Con un tiempo de duración de tres años, la finalidad era que los alumnos de la Escuela de Capacitación Agraria de Cinkassé, aprendiera a optimizar sus técnicas agrícolas. La aportación de la Fundación Polaris World, por valor de 39.635 se usó para la compra de un tractor Massey-Ferguson y dos arados de disco. El material tuvo que ser comprado en  ACCRA, capital de Ghana (a 800 Km. del poblado). Al ponerse a disposición del centro agrícola la campaña  se realizó sobre nuevas bases de trabajo y de formación.
De manera inmediata se formó a 4 jóvenes togoleses con ayuda de M. Drissa, el técnico agrícola de la escuela de Bamako (Salesianos de Mali). El proyecto realizado sirvió para mejorar ostensiblemente la productividad y producción del centro agrícola. Independientemente de las mejoras productivas, en las cosechas sucesivas, será la formación técnica de los muchachos la que será totalmente transformada y mejorada a su favor.
Tratándose de un apoyo estratégico al funcionamiento del centro de formación agrícola “Village Don Bosco”, la adquisición de un tractor con sus aperos y recambios necesarios permitió mejorar la calidad y el contenido de las capacitaciones de un promedio de 70 agricultores jóvenes. La formación agrícola brindada por el centro, que incluye aspectos como la diversificación de los cultivos, el uso de los fertilizantes, etc., se plantea como una de las opciones para mejorar el agro de la zona, actualmente dedicado principalmente a explotaciones de subsistencia.

En los meses siguientes se formó a 12 jóvenes en la utilización de la maquinaría, algo que se realizó exitosamente y ciñéndose al calendario previsto. Para la formación se contrató un monitor y en su transcurso se aprovechó la disponibilidad de la maquinaría para sanear partes del terreno del centro de formación.

Entre las actividades no previstas originalmente destacó la implicación de un profesor y la plena integración del tractor en la campaña agrícola del centro. De igual manera, se apoyó a dos alumnos obtener un permiso de conducción. El socio local aprovechó de forma satisfactoria la compra de la maquinaría para introducir aspectos adicionales que han permitido alcanzar otros logros no previstos (mejora de la cosecha, saneamiento del terreno, etc.). Según los informes transmitidos en su momento al Patronato, los recursos disponibles, centrados en la compra del tractor y la maquinaria aneja se utilizaron de forma eficiente y eficaz, gracias al muy alto compromiso del personal local.


Aparte de efectos secundarios como la mejora de las cosechas y el mantenimiento del terreno dentro del centro de formación, la inversión realizada permitirá a los jóvenes acceder a una formación especializada en la maquinaría agrícola (uso, mantenimiento, reparación, seguridad, etc.)

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En 2014, la Fundación Polaris World cumple 10 años. Con tal motivo, hemos iniciado una serie histórica con los 106 proyectos llevados a cabo

sábado, 18 de enero de 2014

EXCAVACIÓN DE UN POZO DE SUPERVIVENCIA EN LA ALDEA DE "PRISIÓN", KASSA (MALI)

La aldea de Kassa pertenece al municipio rural de Doucombo, situado a una veintena de kilómetros de Bandiagara, la principal ciudad del país dogón, al noroeste de Mali, no muy alejada de la frontera con Burkina Faso. En este municipio, la Fundación Polaris World concluyó recientemente la excavación de otro pozo en la aldea de Bougou. En la zona, y esto es válido para la aldea de Kassa, donde a finales de año se comenzó a ejecutar el último proyecto en marcha de la Fundación Polaris, las tierras cultivables son muy limitadas por ser una zona muy rocosa. La población vive de la agricultura y del cultivo de pequeños huertos. El acceso a la aldea se hace a través de una pista muy complicada.

La inmensa mayoría de la población son dogones, a los que se añaden algunos pastores trashumantes (peulh). La religión es para algunos católica, para otros islamista y para otros tradicionalista (animista). La coexistencia y la buena armonía es absoluta, salvo las pequeñas disputas tradicionales menores.

Kassa, según la tradición oral mantenida de generación en generación, significa prisión puesto que el primer poblador se instaló aquí tras pasar unos años en prisión, en los tiempos de la colonización. Para recordar esos momentos dolorosos de su vida, dio a la aldea el nombre de Kassa.

El jefe de la aldea, Ampourolou Banou, quien había oído hablar de otras actuaciones de la Fundación Polaris World en la zona, decidió pedir ayuda para la excavación de lo que allí se llama « pozo de gran diámetro ». En realidad son dos metros de abertura, pero con la gran diferencia que lleva un anillado en cemento armado para que no se hunda. El pozo tendrá unos 30 de profundidad. El pozo se excavará en un terreno muy rocoso. Estará dotado de un brocal que preservará las condiciones higiénicas del agua, de una cubierta metálica y de un arco en hierro a fin de colgar la polea con la que extraer el agua.

La aldea de Kassa, cuya población es de unos 1.200 habitantes y algunos núcleos aislados de población situados en la vecindad. El objetivo principal del proyecto es mejorar las condiciones de acceso al agua, y como consecuencia de las condiciones sanitarias de la población. Actualmente se tienen que servir del agua de lluvia recogida en aljibes, la cual pasado un cierto tiempo no debería beberse por sus pésimas condiciones sanitarias. Los objetivos específicos del proyecto: reducir el tiempo de recogida de agua, por parte de madres y niños que tienen que ir a buscarla a las aldeas vecinas, permitir, con el agua que sobre, dar de beber a la poca ganadería de que disponen.

Una vez completada la obra, se constituirá el Comité de Agua de la aldea, que se encargará del mantenimiento e higiene del pozo, a fin de que sea usado en las condiciones adecuadas para preservar la higiene y el uso sin ningún tipo de distinción de todos los aldeanos. Está prevista que la obra se concluya en primavera, un par de meses antes de que comience la estación de lluvias.


El coste total del proyecto es de 17.337 euros, de los cuales los aldeanos aportarán unos 1.500 euros en especie, mano de obra y alojamiento de los poceros –pertenecientes a la empresa de Daniel Kene, que ya ha realizado, con éxito, diversos proyectos para la Fundación en la comarca- mientras que los otros 15.000 euros serán aportados por la Fundación Polaris World y por un benefactor de la zona de Cartagena en la región de Murcia.

martes, 14 de enero de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: ESCUELA DE CAPACITACIÓN PARA MUJERES EN KIAMBU, KENIA (3)

Veinte máquinas par tricotar, otras dos para uso variado, siete mesas y 42 sillas, peladora de patatas, lavadora, lavaplatos, cocina con horno, microondas, 2 carros, aspiradora, mesa caliente, congelador, freidora, mezcladora, batidora, tanque de agua, 2 planchas, 4 bandejas de servir, 4 cacerolas, 5 sartenes, 4 bandejas de horno y utensilios de cocina variados: en esta extensa gama de objetos destinados a la Escuela de Capacitación para Mujeres de Kiambu, en Kenia se destinaron los 24.342 euros que la Fundación Polaris World destinó a este proyecto, enmarcado en una financiación más amplia de las instalaciones coordinada por la Fundación Rodes y que también contó con el apoyo del Gobierno Foral de Navarra.

El objetivo principal del proyecto en la Escuela Kimlea –en funcionamiento desde 1992- era la capacitación de mujeres jóvenes y adultas del distrito rural de Kiambu. Uno de los principales problemas en la región era el déficit de plazas de enseñanza, así como la falta de medios económicos para afrontar los estudios. Muchas chicas, al terminar la escuela primaria no tenían otra opción que trabajar en las grandes plantaciones donde los salarios eran ínfimos, y así continuar sobreviviendo sin grandes posibilidades de cara al futuro. Esta era precisamente la situación que el proyecto quería mejorar: ofrecer una educación técnica de calidad a un mayor número de chicas, a fin de ser autosuficientes y poder salir de la miseria, ellas y sus familias.

El proyecto permitió ampliar la escuela y ofrecer 60 plazas adicionales a las 120 existentes. La aportación de la Fundación Polaris World se usó sobre todo para los equipos de las clases de punto a máquina y ciencias domésticas: cocina, limpieza y lavandería. Entre las máquinas de punto se incluyeron dos más sofisticadas para cordoncillo y acabados.

La instalación del flamante equipamiento necesitó reforzar la instalación eléctrica de la escuela que, inicialmente, no tenía capacidad suficiente para tantas máquinas. Algo parecido ocurrió con el material para las clases de cocina. Con todo ello, tanto las clases de tricotar como las de cocina se convirtieron en mucho más prácticas. Debido al cambio favorable, en aquel momento, se pudo adquirir equipamiento adicional que se necesitaba: mesas y sillas para una clase, mezcladora, batidora, tanque de agua, cubiertos, coladores, cubos, moldes de horno, saleros, azucareros y termo.

La aportación de la Fundación Polaris fue definitiva para impulsar la ampliación de la escuela con más plazas, mejorando sensiblemente la calidad de la formación con los equipos adquiridos, tanto para las clases de costura –la alegría de las beneficiarias, tal como se puede apreciar en las imágenes resulta innegable- como en las de cocina. Asimismo, se llevaban a cabo diferentes actividades para recabar fondos complementarios.

Pese a todo, muchas alumnas tenían dificultades financieras para asistir a las clases, por lo cual la propia Escuela se ocupó de buscar patrocinadores para becar a algunas de las alumnas más necesitadas. La Kianda Foundation, responsable local del proyecto, asumió la responsabilidad del mantenimiento de las instalaciones, mientras que la Escuela Kimlea (Director, Vicedirector, Administrador) se encargaban del día a día de los cursos y del buen uso del material instalado.

En resumen, fue un proyecto sencillo, muy específico y con clara cabida en los fines de la Fundación Polaris: formación en ambientes rurales, complementado con otro de los fines, como es el impulso de la igualdad laboral y social de las mujeres.


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sábado, 4 de enero de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: CENTRO DE APOYO (RESIDENCIA) PARA ESTUDIANTES EN ENFERMERÍA EN KINSHASA, R.D. CONGO (3)

El Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería (CAEN) surgió para dar respuesta a las graves carencias sanitarias de un barrio en las afueras de Kinshasa, la capital congoleña, a través de la construcción de una residencia para las estudiantes de enfermería, de 1.600 m2, con un número de habitaciones de dos personas para acoger a 50 estudiantes de este campo, alumnas de la vecina Escuela de Enfermería ISSI. El proyecto, cuyo coste total era de unos 800.000 euros, estaba liderado por la ONG SYAD (Servicios y Actividades Divulgativas), con sede en Murcia. En el mismo participaban entre otras entidades, el Ayuntamiento de Madrid, el de Murcia, la Región Lombardía, el Gobierno Foral de Navarra. Aunque la solicitud de ayuda a la Fundación Polaris World se acercaba a los 100.000 euros, al final el Patronato decidió otorgar 22.080 euros.

Aparte de la residencia, las instalaciones estarían dotadas de otras infraestructuras para permitir alojamiento de 45 alumnas y 5 profesoras de la adjunta Escuela de Enfermería ISSI. Un 30% de las plazas se reservaban para estudiantes del interior del país. Asimismo, permitiría la formación técnica de 200 estudiantes de enfermería y reciclaje de 500 enfermeros de hospitales y dispensarios de salud de Kinshasa cada año, gracias a las actividades de formación continua.

El foco de la mejora de la situación sanitaria, propiciado por la Escuela de Enfermería afectaba a la población en un radio de 3 km alrededor del hospital de referencia Monkole, que recibiría atención médica y educación sanitaria impartida por las residentes del Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería: unos 60.000 habitantes de los barrios de Mama Yemo, Masanga Mbila, Ngansele, Kindele, Mazamba y Ngafani.

El Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería, se situaba en un terreno o solar junto a la Escuela de Enfermería ISSI y al Centro Médico Monkole, en la Avenida Ngafani 4804, de fácil acceso, en la zona suburbial de «Mont-Ngafula I» (180.000 habitantes) y situado a 30 km del centro de Kinshasa, capital de la República Democrática de Congo. Unas 60.000 personas, mayoritariamente niños, que constituían la población en un radio de 3 Km. del Centro de Apoyo, recibirían atención y educación sanitaria impartidas por las beneficiarias directas del CAEN.

Los estudiantes de la Escuela provenían de medios sociales diferentes. Para extender su radio de acción a todas las regiones de la República Democrática del Congo, se reservaban cada año hasta un 30% de las 150 plazas disponibles de la Escuela para jóvenes del interior del país, adonde vuelven al finalizar sus estudios. Desgraciadamente, al llegar a Kinshasa, estos jóvenes tenían que enfrentarse a los graves problemas de alojamiento. Con el Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería un mayor número de estudiantes con dificultades de alojamiento tenían posibilidad de acceder a la profesión de enfermera. Se complementaría también la formación de estas estudiantes y de otras, así como de enfermeros en el ejercicio de su profesión, gracias a los locales e instalaciones previstos para ello en el proyecto.

Además, el CAEN estaba concebido como catalizador de la sensibilización de las beneficiarias cara a las necesidades de la población más desfavorecida. Así ya desde la vida estudiantil podrían colaborar en la solución de problemas reales de un sector tan deteriorado como es el de la salud.

El desarrollo sanitario que se pretendía conseguir con el proyecto siempre beneficiaría directa e indirectamente a la población de Kinshasa y de las zonas del interior del país donde las diplomadas de la escuela de enfermería ISSI podrían trabajar. En cuanto al estatus social y económico de las estudiantes con dificultad de alojamiento que residirían en el Centro de Apoyo, se quería dar prioridad a las capacidades y méritos que demostrasen, y nada más. Sin embargo, se reservarían cada año hasta un 30% de las plazas disponibles para jóvenes del interior del país. Todas deberían pagar alguna mínima pensión. Todas podrían recibir becas, a través de Cecfor (la entidad gestionaría de las instalaciones), y se les formaría en su responsabilidad para aprovecharlas al máximo. Todas podían realizar también trabajos remunerados que prestaran en el campo médico-sanitario a la población de los barrios circundantes.

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En 2014, la Fundación Polaris World cumple 10 años. Con tal motivo, hemos iniciado una serie histórica con los 106 proyectos llevados a cabo