sábado, 28 de noviembre de 2015

LA ESCUELA DEL BÚHO EN EL AGUJERO DEL BAOBAB, EN MALI, YA ACOGE A SUS JÓVENES ALUMNOS

La Escuela de Adounakambé, en Mali, financiada por la Fundación Polaris World ha sido entregada, tras terminarse la construcción hace unos días, a las autoridades municipales y escolares locales. Los niños, bien que el material escolar sea escaso, apenas sin bancos y muy pocos libros de texto, ya disfrutan de tres amplias salas de clase, al abrigo de las inclemencias del tiempo. Así como tres enormes pizarras que ocupan cada uno de los frontales de las tres clases.

El proyecto también ha incluido, como es habitual en el modelo de construcción desarrollado por la Fundación Polaris World, un pequeño bloque que sirve a la vez como despacho del director y, más importante si cabe, como almacén del escaso material escolar. Los libros pasan de curso en curso, sin que nadie sea propietario de los mismos.

Asimismo, como en las edificaciones similares precedentes, también, en un espacio ligeramente alejado de los dos edificios principales, se han construido dos bloques de letrinas. Por primera vez se ha construido un bloque para los chicos y otro para las chicas. Se trata del 109º proyecto ejecutado por la Fundación Polaris World desde su establecimiento hace 10 años. Más específicamente del 41º desarrollado en Mali.

Adounakambé está en el municipio de Bondo, partido judicial de Koro, en la vecindad de la frontera con Burkina Faso. Se localiza en una extensa llanura desértica (antiguo cono de un volcán), al este de la falla de Bandiagara. Adounakambé significa en la lengua local “El búho del agujero en el baobab”.

Según la tradición local, antes de la fundación de la aldea, ya existía un baobab con un agujero en el que se guarecían los búhos. Cuando no podían cazar animales más sabrosos, los cazadores venían hasta allí para cazar búhos. De esta manera, para no volver de vacío al hogar, al menos aportaban algo al plato familiar. En un momento determinado, un cazado, acuciado por la hambruna venía con tanta frecuencia hasta el baobab que decidió quedarse allí y fundar la aldea. Es decir, que la aldea se fundó para dar de comer a los niños.

Ahora los niños son 210 que irán a la nueva escuela disponen de unos medios modestos pero adecuados para ejercer su derecho al aprendizaje. A comparar, también en las imágenes de nuestro álbum fotográfico, con las miserables instalaciones que han usado hasta ahora. El costo total del proyecto se ha elevado a los 35.000 euros. Paradojas de la situación geográfica, uno de los costos más importantes ha quedado reflejado en la arena necesaria para la edificación. Pese a que la zona es extremadamente desértica, la arena que garantiza la solidez de la construcción ha tenido que ser acarreada, por las pistas que serpentean el inmenso cono del volcán, dese el río Níger, a unos 150 km. de distancia.

La mejora de las instalaciones, obviamente, mejorará la calidad de la enseñanza escolar y permitirá que los maestros lleven a cabo sus tareas en condiciones incomparablemente mejores. Al mismo tiempo, con la mejora de las instalaciones, aumentará la escolarización de la aldea y otras de alrededor. En Adounokambé viven en armonía cristianos, musulmanes y animistas (religión tradicional). La mayor parte de la población vive de agricultura de subsistencia (etnia dogón), si bien, hay una minoría de pastores trashumantes (etnia peulh).


viernes, 23 de octubre de 2015

ESCUELA DE EGUELA: ME CASO CON ESTA TIERRA Y AQUÍ VIVIRÉ PARA SIEMPRE

Hace muchos, muchos años, un campesino dogón caminaba por la meseta áspera y desértica de Bandiagara, en Mali, no muy lejos de lo que hoy es la frontera de Burkina Faso. El buen hombre recorría aquellos parajes rocosos e inhóspitos esperando encontrar una tierra mínimamente fértil que cultivar. Al llegar al sitio que hoy ocupa la aldea de la que hablamos consideró que era el lugar ideal para asentarse y decidió llamarla Eguela. En efecto, apreció aquella tierra como si fuera una esposa, alguien con la que vivir para siempre. Un lugar ideal para amarlo. Como un novio que quiere vivir siempre al lado de su amada. Para siempre. De hecho, en dogón, la lengua local, Eguela significa: “me caso con esta tierra y aquí viviré para siempre”. Entre los dogones, la naturaleza desempeña un aspecto esencial de la cosmogonía y del sentido de la vida. Es considerada como una esposa a la que hay que proteger, ser fiel y cuidar. Como es tradicional en esta zona de África, los nombres siempre llevan consigo una tradición oral que puede rastrearse hasta la fundación, en tiempos remotos, de la propia aldea.

Grandes aficionados a las tradiciones orales, así es como cuentan los dogones de Eguela el origen de su pueblo. Es aquí donde la Fundación Polaris World comenzará, en los días venideros, su próximo proyecto. Similar a los que la Fundación Polaris World ha llevado a cabo últimamente en la misma zona.

Consiste en la construcción de tres aulas que reemplazarán los cobertizos (imágenes de la escuela actual en este enlace) donde los alumnos reciben actualmente clase. También se construirá una pequeña oficina para el director, local que, al mismo tiempo, servirá para guardar un material precioso para los estudiantes: libros y material escolar que se van heredando de curso en curso. Para completar las instalaciones, se contará con bloque de tres letrinas, indispensables para la higiene y mejora de las condiciones sanitarias de los numerosos alumnos. A fin de abaratar los costes de la construcción, los habitantes del lugar aportarán su mano de obra en tareas no especializadas, además de ofrecer alojamiento y manutención, siguiendo la tradición local a la cuadrilla de albañiles.

Todas las paredes exteriores de los tres edificios estarán revestidas de la piedra local, blanca y ocre, que será tallada, en parte, por los propios lugareños. Situada en la altiplanicie de Bandiagara, uno de los requisitos exigidos al constructor es que conserve el medio ambiente y el entorno paisajístico de la comarca usando material extraído en la zona, de modo que las nuevas instalaciones no desentonen de las tradicionales construcciones rurales, todas en piedra tallada.

Los beneficiarios directos del proyecto serán los 416 alumnos matriculados para el curso escolar que acaba de comenzar. Además de Enguela, muchos alumnos provienen de las aldeas vecinas como Komidolen et Wendjinkoro, Sansogou, Erinbo, Koroubo, Amanambo Komo, Bodio, Parou, Goren Grensogou, Dimeye Simikanda, Mounambomdo. Sólamente el pueblo de Eguela cuenta con 2.300 habitantes.

Eguela, junto con otras 23 aldeas, conforman el municipio rural de Bara-Sara. La pluviometría anual se sitúa en torno a los 400 mm. El problema es que durante la estación seca, de entre 8-9 meses, no cae ni una sola gota de agua, por lo que la estación lluviosa, tres meses a partir de junio, tiene que ser aprovechada al máximo para la siembra del mijo, el alimento principal. Con todo y con eso, debido a la extrema sequedad, el suministro alimentario a lo largo del año no está asegurado. Aunque la mayoría de los habitantes son de etnia dogón, también viven la región algunas familias peulh (pastores trashumantes). En cuanto a la religión, hay una mayoría de animistas, algunos musulmanes y ciertos cristianos, sin que haya ningún problema de convivencia.

La escuela permitirá, de manera muy directa, mejorar la calidad de la enseñanza y evitar la emigración de los jóvenes, bien hacia las ciudades más grandes, o lo que es peor, embarcarse en travesías peligrosas e interminables hasta Europa.

Una vez construida la escuela, el Comité Escolar, compuesto por el director y algunos padres de alumnos se ha comprometido a mantener en las mejores condiciones posibles las instalaciones. El coste total del proyecto se sitúa en torno a los 40.000 euros. No obstante, con la aportación en huebra de los habitantes del lugar el costo final se rebajará hasta los 36.800 euros, cantidad que aportará en su totalidad la Fundación Polaris World. Se prevé que la construcción, que comenzará en unos días, una vez acarreado parte del material, tardará unos cuatro meses en finalizarse.

Puedes colaborar a la construcción de la Escuela de Eguela adquiriendo un décimo de la Lotería de Navidad por valor de 25 euros. Puedes consultar los detalles aquí.



lunes, 5 de octubre de 2015

LA ESCUELA DEL BÚHO EN EL AGUJERO DEL BAOBAB CASI LISTA PARA ACOGER A LOS ALUMNOS

Nos llegan excelentes noticias de Adounakambé, en Mali, donde la Fundación Polaris World está finalizando estos días su penúltimo proyecto –del último hablaremos en una próxima entrada- con la apertura de la flamante escuela, cuyas imágenes de hace unos días indican que en los próximos días, una vez que los albañiles terminen con los últimos flecos, podrá acoger a los alumnos, algunos de los cuales también, como se ve en las imágenes (pulsando en este enlace) también han colaborado en la construcción.

Aunque la construcción se inició en la primavera, con la llegada de las lluvias y la necesidad de que todos los brazos de la aldea se dedicaran a la siembra y posterior recogida del mijo, el principal medio de subsistencia, las obras se pararon durante unas semanas. Una vez finalizadas las urgencias agrarias, los trabajos se han retomado con fuerza como se puede ver en las imágenes. Imágenes, por cierto, sorprendentemente plenas de verdor, algo raro en esta zona desértica, producto de las lluvias de principios de verano.

Adounakambé está en el municipio de Bondo, partido judicial de Koro, en la vecindad de la frontera con Burkina Faso. Se localiza en una extensa llanura desértica (antiguo cono de un volcán), al este de la falla de Bandiagara. Adounakambé significa en la lengua local “El búho del agujero en el baobab”.

Según la tradición local, antes de la fundación de la aldea, ya existía un baobab con un agujero en el que se guarecían los búhos. Cuando no podían cazar animales más sabrosos, los cazadores venían hasta allí para cazar búhos. De esta manera, para no volver de vacío al hogar, al menos aportaban algo al plato familiar. En un momento determinado, un cazado, acuciado por la hambruna venía con tanta frecuencia hasta el baobab que decidió quedarse allí y fundar la aldea. Es decir, que la aldea se fundó para dar de comer a los niños.

Ahora los niños son 210 que irán a la nueva escuela dispondrán de unos medios modestos pero adecuados para ejercer su derecho al aprendizaje. A comparar, también en las imágenes de nuestro álbum fotográfico, con las miserables instalaciones que han usado hasta ahora.

Éste nuevo proyecto de la Fundación Polaris World, conformado por tres aulas, tres letrinas y un despacho del director, que al mismo tiempo hace las veces de almacén para guardar y conservar el valioso, por escaso y caro, material escolar del que disponen, ha costado en torno a los 35.000 euros. Este tipo de proyecto, la Fundación Polaris World lo ha desarrollado como una especie de modelo, habiendo completado, en la región, una docena de equipamientos similares. El más parecido, construcción en adobe, es la Escuela de Patin, realizada por la Fundación Polaris en 2011.


La mejora de las instalaciones, obviamente, mejorará la calidad de la enseñanza escolar y permitirá que los maestros lleven a cabo sus tareas en condiciones incomparablemente mejores. Al mismo tiempo, con la mejora de las instalaciones, aumentará la escolarización de la aldea y otras de alrededor. En Adounokambé viven en armonía cristianos, musulmanes y animistas (religión tradicional). La mayor parte de la población vive de agricultura de subsistencia (etnia dogón), si bien, hay una minoría de pastores trashumantes (etnia peulh).

lunes, 13 de julio de 2015

KOUNDOGOU: DOS IMÁGENES VALEN MÁS QUE MILLONES DE PALABRAS

Escuela de Koundogou a finales de junio
Las dos imágenes que ilustran esta entrada representan la Escuela de Koundogou, a principios de año, y la Escuela de Koundogou cuya construcción ha finalizado hace un par de semanas gracias a la financiación de la Fundación Polaris World, hace un par de semanas. La edificación se ha terminado en apenas tres meses, siguiendo las pautas de otra media docena de construcciones similares que la Fundación ha ejecutado en los últimos años en pleno corazón del País Dogón, noroeste de Mali.

La escuela de Koundogou, (aquí puedes ver imágenes con todo el proceso de edificación) cuya población es de unos 800 habitantes, ha consistido en la construcción de 3 clases en material sólido (piedra local y cemento) para reemplazar el cobertizo que ha servido como escuela en los últimos tiempos. Asimismo se ha construido un pequeño local que hace las veces de despacho del director, lo que le permitirá tener un lugar de trabajo digno, y servirá, además, para guardar material escolar, los archivos de la escuela y otra documentación pertinente. Guardar los pocos libros de texto existente, que pasan de curso en curso, es una necesidad imperiosa. Lo mismo que los registros de los alumnos que asisten a los cursos, lo que les permitirá, a muchos de ellos, testificar, más adelante, sus competencias académicas.

Finalmente, el proyecto ha contemplado la construcción de 3 letrinas adosadas, indispensables para la higiene del entorno. De la obra se ha encargado un equipo de albañiles cualificado, usando la piedra local, mientras que los aldeanos han contribuido con trabajos en especie, principalmente mano de obra no cualificada.

Los beneficiarios directos, cuando comience el nuevo curso, serán los niños de las siguientes aldeas: Koundougou, Binou, Binou Toba, Sindomonongou, Mobonongou, Lougourougoumè et Guirokomè. En total permitirá la escolarización de unos 120 alumnos actuales, tanto niños como niñas, las cuales siempre tienen más dificultades para acceder a la enseñanza, dado que muchos padres prefieren se dediquen a las tareas domésticas, especialmente el acarreo del agua. Todos estarán protegidos contra las intemperies de las estaciones, el excesivo calor en verano, el frío y viento en otras épocas del año.

La aldea de Koundogou, un pueblo de la etnia dogón, aunque hay una minoría de “peulh”, los pastores trashumantes, se localiza en la altiplanicie de Bandiagara, en el municipio de Soroly, en el centro de Mali, no muy alejada de la frontera con Burkina Faso. A los habitantes de Koundogou se les considera valientes para el trabajo y muy sinceros. Eso se debe, según la tradición local, al primer jefe de la aldea, llamado Saidou, que era un hombre muy trabajador y valiente. La población vive en armonía, sin dificultades mayores entre los habitantes, dada la buena cohesión social existente. La religión dominante es la musulmana, aunque también hay cristianos y otros que practican el animismo local (religión de los antepasados). El tótem de los habitantes de Koundougou es beber en el mismo recipiente que bebe un caballo.

Una agricultura de subsistencia, basada esencialmente en el cultivo del mijo, es la principal fuente de alimentación. En la aldea de Koundogou hay buenos especialistas en la medicina tradicional que pueden curar adecuadamente: el paludismo, las anginas, inflamaciones de las glándulas al nivel del cuello y el “mal viento”.

Escuela de Koundogou a principios de año
Existe un comité de gestión escolar que vela sobre la buena marcha de la escuela en todos sus aspectos: la buena marcha del establecimiento y la limpieza. En cuanto al mantenimiento de las instalaciones, reparaciones, obras de albañilería conciernen a otro comité, el que organiza a los habitantes para la huebra.

El costo total del proyecto se ha elevado a 40.950 euros, de los cuales la Fundación Polaris World ha aportado 38.641, mientras que el resto ha sido financiado por la población local en especies, principalmente, corte de la piedra, acarreo de materiales y alojamiento y manutención de los obreros. Las tres aulas han costado 31.885 €, el bloque con las tres letrinas 3.704 €, mientras que el despacho/almacén para el director 5.361 €.
Por cierto, el significado de Koundogou en dogón es “Ayudémonos y dejemos de lado aquello que no sea útil para todos”. En este caso, quizás, de manera excepcional, las palabras valgan más que millones de imágenes.

domingo, 21 de junio de 2015

VIII CENA BENÉFICA: UN AULA ASEGURADA PARA LA ESCUELA DE KOUNDOGOU (MALI)

El viernes pasado la Fundación Polaris World celebró la VIII Cena Benéfica, a la que asistieron 225 socios, simpatizantes y sobre todo amigos. El total recaudado, entre los participantes en la cena, la rifa y la Fila Cero alcanzó los 8.555 euros, lo que equivale, aproximadamente a un aula para el nuevo proyecto de la Escuela de Koundogou que, precisamente esta misma semana, ha comenzado a ser construida.

El presidente de la Fundación Polaris World, Narciso Lozano, resaltó que aunque el objetivo era conseguir la financiación para el nuevo proyecto, el evento también era el momento adecuado para rendir cuentas del uso de los fondos recabados y usados durante el último año. Para ello, se mostró, en formato audiovisual, la Memoria 2014. Para los que no pudieron estar presentes, se puede ver en este enlace.

El presidente también resaltó la importancia de que todos los amigos y simpatizantes puedan encontrarse una vez al año, a fin de intercambiar ilusiones, mostrar su solidaridad y sentirse partícipes de los, aparentemente, modestos proyectos que la Fundación ejecuta en Mali. Modestos, en apariencia, independientemente de los recursos, pero esenciales para la educación, la sanidad, la supervivencia de los beneficiarios en las escuelas y dispensarios construidos y en los pozos excavados.

Buena muestra de esa solidaridad y cooperación son los cuatro proyectos ejecutados en 2014, financiados por la Fundación con 108.160 euros. Para la Escuela de Koundogou (tres aulas, un almacén / despacho director, y tres letrinas) se necesitan 35.000 euros. Una parte importante ya se ha recaudado con la Cena del pasado viernes. Así, a través de la Fila Cero se recaudaron 500 euros, por la asistencia de los comensales 5.625 euros y por la rifa 2.430 euros. Lo que hace un total de 8.555 euros.

Aparte de agradecer la asistencia de los invitados (álbum fotos en este enlace), la lista de agradecimientos sería excesivamente larga para reseñarla en esta entrada, entre otros, las numerosas empresas y entidades que colaboraron con los regalos de la rifa. Sin que signifique una disminución de la contribución de tantos amigos y simpatizantes, el Patronato sí que desea hacer una mención especial a los responsables de La Herencia Celebraciones, que además de ofrecer un marco incomparable, contribuyeron ofreciendo una excelente cena a un precio de coste, incluso por debajo, por lo que más de la mitad de lo recaudado por cada comensal va directamente a las arcas de la Fundación. Otro tanto para la empresa Talasur que, además de asistir al evento, regaló, a través de su empresa Picglaze los preciosos cuadros que se regalaron a los asistentes con motivos africanos, además de otros, de mayores dimensiones, que se pusieron a la venta con notable éxito.

El presidente no se cansa, con razón de manifestarlo, cada euro recaudado, rifa, cena, fila cero, donaciones va en su totalidad a los proyectos (¡hasta se ha conseguido, milagro, que el banco no cobre comisión por las transferencias!), en este caso a la Escuela de Koundogou. Tal es así, que esta misma semana los habitantes de la aldea se han dedicado a recoger gravilla a la espera de que llegue el albañil con el cemento y hacer las fundaciones. Nunca mejor dicho, continuara…


viernes, 20 de marzo de 2015

LA ESCUELA DEL BÚHO CON EL AGUJERO EN EL BAOBAB

La aldea maliense de Adounakambé se sitúa en el municipio de Bondo, partido judicial de Koro, en la vecindad de la frontera con Burkina Faso. Se localiza en una extensa llanura desértica (antiguo cono de un volcán), al este de la falla de Bandiagara. Adounakambé significa en la lengua local “El búho del agujero en el baobab”.

Según la tradición local, antes de la fundación de la aldea, ya existía un baobab con un agujero en el que se guarecían los búhos. Cuando no podían cazar animales más sabrosos, los cazadores venían hasta allí para cazar búhos. De esta manera, para no volver de vacío al hogar, al menos aportaban algo al plato familiar. En un momento determinado, un cazado, acuciado por la hambruna venía con tanta frecuencia hasta el baobab que decidió quedarse allí y fundar la aldea. Es decir, que la aldea se fundó para dar de comer a los niños.

Ahora los niños son 210 que van a una escuela, por llamarla de alguna manera, que son meros cobertizos (Imágenes de la escuela actual). Cuando llega el frío, es difícil mantener a los alumnos atentos. Con los grandes calores es peor, porque no se pueden tener muchos alumnos en el mismo espacio. En ciertas ocasiones, cuando se levantan tempestades de viento, la arena penetra por entre el ramaje y los maestros se ven obligados a suspender sus clases.

Éste es, pues, el nuevo proyecto en el que se embarca la Fundación Polaris World: la construcción de tres aulas que costarán, aproximadamente, unos 30.000 euros.  Más adelante, si la Fundación Polaris World obtiene los recursos necesarios, las tres aulas se complementarán con letrinas, a fin de mejorar las condiciones higiénicas del entorno, además de un pequeño espacio para el director de la escuela, que hará las veces, también de almacén, para guardar material escolar. Este tipo de proyecto, la Fundación Polaris World lo ha desarrollado como una especie de modelo, habiendo completado, en la región, una docena de equipamientos similares. El más parecido, construcción en adobe, es la Escuela de Patin, realizada por la Fundación Polaris en 2011.

La mejora de las instalaciones, obviamente, mejorará la calidad de la enseñanza escolar y permitirá que los maestros lleven a cabo sus tareas en condiciones incomparablemente mejores. Al mismo tiempo, con la mejora de las instalaciones, aumentará la escolarización de la aldea y otras de alrededor.

La construcción se hará conservando la arquitectura tradicional de la aldea. En este caso, como la aldea se haya en la parte de un cono de un volcán apagado, el material base son adobes, elaborados “in situ”, que después se revocarán con yeso. Las paredes tendrán soportes de hierro corrugado y las techumbres serán en aluminio. Los habitantes participarán con mano de obra no cualificada, especialmente acarreando el material necesario y ofreciendo alojamiento a los albañiles.


Está previsto, si todo va bien, que los trabajos se inicien una vez acabada la estación lluviosa que terminará en septiembre. También para entonces las tareas del campo, que ocupan a la mayoría de los habitantes, habrán llegado a su término. En Adounokambé viven en armonía cristianos, musulmanes y animistas (religión tradicional). La mayor parte de la población vive de agricultura de subsistencia (etnia dogón), si bien, hay una minoría de pastores trashumantes (etnia peulh).

domingo, 22 de febrero de 2015

LA CAMIONETA MÁGICA

Resulta difícil de creer, si no se ve (como en esta imagen) la cantidad de paquetes y material que puede caber en una furgoneta que, además, ha atravesado media África. Gracias a la generosidad de nuestro infatigable y gran viajero “El Segoviano”, hace unos días pudimos entregar a los alumnos de las escuelas de Indelou, Nacombo y Koundogou diverso material escolar donado por diversas empresas de Cartagena: lapiceros, cuadernos, bicicletas, gomas de borrar, y cajas de herramientas. Estas para el Centro de Formación Profesional Père Michel, regentado por los salesianos en Bamako que, como siempre, han actuado de intermediarios para hacer llegar el material, desde Bamako, la capital, hasta el país dogón, donde se sitúan las escuelas.

Las tres han sido financiadas por la Fundación Polaris World durante los últimos meses. Así la de Nacombo e Indelou, que además del material, como se puede apreciar en las imágenes, ya disponen de nuevos pupitres, en este caso bancos corridos, también donados por la Fundación Polaris World. La tercera escuela, la de Koundogou, está en proceso de construcción. Está previsto que los trabajos finalicen en un par de meses, antes de que llegue la época de las lluvias, a principios de junio.

El material ha hecho un largo recorrido. Hace unas semanas, El Segoviano (cuya página te invitamos a visitar en este enlace) recogió la paquetería en Cartagena. Desde allí se lo llevó a Segovia para iniciar un largo viaje, con la furgoneta a su máxima capacidad, que le llevó por la península para atravesar el Estrecho, continuando la marcha por Marruecos, Mauritania, Senegal, Mali. En Bamako, tras ser recogidos por nuestro infatigable colaborador Abel en el Centro Père Michel, continuaron su viaje, en autobús, hasta llegar a las tres remotas aldeas, perdidas en la altiplanicie de Bandiagara, no muy lejos de la frontera con Burkina Faso.

Finalmente, los maestros de las tres escuelas, repartieron el material entre los alumnos que, gracias a la aportación de los amigos y simpatizantes de la Fundación Polaris World, tienen un espacio adecuado y digno para aplicarse en sus tareas académicas, unos pupitres austeros pero cómodos para poder estudiar y gracias al P. Felipe, de los salesianos en Bamako, le Père Abel del Seminario Central en Bamako y, sobre todo a “El Segoviano”, que tan generosamente ha prestado el reducido espacio de su vehículo, pueden disfrutar de material escolar tan útil como necesario.


La Fundación Polaris World tiene previsto seguir enviando, de esta forma, diverso material en los próximos meses, así que si alguien quiere donar lapiceros, cuadernos, gomas de borrar, bolígrafos y otro similar, estaremos encantados de recibirlo, empaquetarlo y hacerlo llegar a las escuelas que patrocinamos en Mali.

sábado, 7 de febrero de 2015

“AYUDÉMONOS Y DEJEMOS DE LADO AQUELLO QUE NO SEA ÚTIL PARA TODOS”

La escuela de Koundogou en la actualidad
Este es el nombre, aunque pueda parecer un poco largo para denominar una aldea, de apenas 800 habitantes, en una remota altiplanicie del país dogón, en Mali. Pero eso es, aproximadamente, la traducción de Koundogou, el pueblo donde la Fundación Polaris World ha comenzado su último proyecto, el número 109, una escuela para los niños de la aldea y de los chavales de aldeas limítrofes.

El proyecto comenzado hace unas semanas (aquí puedes ver imágenes del progreso de la obra) consiste en la construcción de 3 clases en material sólido (piedra local y cemento) para reemplazar los 3 cobertizos que sirven de aulas en la actualidad. Asimismo, se construirá un pequeño local que hará las veces de despacho del director, lo que le permitirá tener un lugar de trabajo digno, el cual servirá además para guardar material escolar, los archivos de la escuela y otra documentación pertinente. Finalmente, el proyecto contempla la construcción de 3 letrinas adosadas, indispensables para la higiene del entorno. De la obra se encargará un equipo de albañiles cualificado, mientras que los aldeanos contribuirán con trabajos en especie, principalmente mano de obra no cualificada.

Los beneficiarios directos serán los niños de las siguientes aldeas: Koundougou, Binou, Binou Toba, Sindomonongou, Mobonongou, Lougourougoumè et Guirokomè. Los beneficiarios indirectos los de la zona rural del municipio de Soroly y, a largo plazo, el sistema educativo de todo el país.

La construcción de las tres aulas y las dependencias anejas (letrinas y almacén/despacho director) permitirá que tengan, los 120 alumnos actuales, un lugar digno para recibir las clases. Esto mejorará el rendimiento escolar y todos los niños de la aldea podrán ser escolarizados en las instalaciones. En la actualidad, muchos alumnos tienen que desplazarse, a causa de los locales inadecuados, hasta Bandiagara, Kokolo, Bendiely. Todos estarán protegidos contra las intemperies de las estaciones, el excesivo calor en verano, el frío y viento en otras épocas del año.

La aldea de Koundogou, un pueblo de la etnia dogón, aunque hay una minoría de “peulh”, los pastores trashumantes, se localiza en la altiplanicie de Bandiagara, en el municipio de Soroly, en el centro de Mali, no muy alejada de la frontera con Burkina Faso. La población aproximada es de 800 habitantes. El actual jefe de la aldea es Oumar Tapily, que se encarga de resolver las disputas relacionadas con los usos y las costumbres locales, las rencillas entre familias, etc. En lo que concierne la parte administrativa, pertenece al municipio de Ouroly que tiene un alcalde elegido democráticamente.

Exterior de la escuela actual  de Koundogou
A los habitantes de Koundogou se les considera valientes para el trabajo y muy sinceros. Eso se debe, según la tradición local, al primer jefe de la aldea, llamado Saidou, que era un hombre muy trabajador y valiente. La población vive en armonía, sin dificultades mayores entre los habitantes, dada la buena cohesión social existente. La religión dominante es la musulmana, aunque también hay cristianos y otros que practican el animismo local (religión de los antepasados). El tótem de los habitantes de Koundougou es beber en el mismo recipiente que bebe un caballo.

Una agricultura de subsistencia, basada esencialmente en el cultivo del mijo, es la principal fuente de alimentación. En la aldea de Koundogou hay buenos especialistas en la medicina tradicional que pueden curar adecuadamente: el paludismo, las anginas, inflamaciones de las glándulas al nivel del cuello y el “mal viento”.

Existe un comité de gestión escolar que vela sobre la buena marcha de la escuela en todos sus aspectos: la buena marcha del establecimiento y la limpieza. En cuanto al mantenimiento de las instalaciones, reparaciones, obras de albañilería conciernen a  otro comité, el que organiza a los habitantes para la huebra.

El costo total del proyecto es de 40.950 euros, de los cuales la Fundación Polaris World aportará 38.641, mientras que el resto será financiado por la población local en especies, principalmente, corte de la piedra, acarreo de materiales y alojamiento y manutención de los obreros. Las tres aulas costarán 31.885 €, el bloque con las tres letrinas 3.704 €, mientras que el despacho/almacén para el director 5.361 €. La finalización de las obras se prevé para para antes de finales de abril.



sábado, 10 de enero de 2015

C'EST POURQUOI LA JOIE DES PARENTS ET DE LEURS ENFANTS EST INMENSE*** (Escuela Indelou, Mali)

La construcción de tres aulas, tres letrinas y un despacho/almacén para la Escuela de  Indelou(Imágenes)ha terminado hace unos días. La aldea de Indelou y otras de los alrededores tenían una necesidad perentoria de realizar esta obra para ofrecer a los escolares unas condiciones adecuadas para el trabajo escolar. De ahí que la alegría de los padres y de los alumnos, con esta joya, sea inmensa (C’est pourquoi la joie des parents et de leurs enfants est inmense d’avoir ce joyau).

Los habitantes ya habían mostrado, cuando se puso la primera piedra, su determinación inquebrantable para colaborar en que la construcción llegara a buen puerto. Esa decisión se ha concretado a lo largo de la duración de la edificación. De manera constante y diligente han respondido, de forma masiva, a la llamada del jefe de la aldea para que participaran en las tareas. En todo momento, han considerado que esta edificación era la edificación para el futuro de sus hijos.

Especialmente, han colaborado en tareas no cualificadas como en la talla de piedra, en el transporte de la piedra en bruto, acarreando agua y en la hospitalidad brindada a los albañiles. Los jóvenes se han organizado en grupos de 10 personas para garantizar que cada día hubiera una continuidad en el apoyo a los albañiles a la hora de mezclar el cemento y llevarles la piedra tallada. Mientras tanto, las mujeres acarreaban el agua y cocinaban para los obreros. Además, ha habido familias, que de forma voluntaria han aportado comida a los obreros para incentivarles en el desempeño de su trabajo. Incluso los niños han estado presentes para desarrollar pequeñas tareas de apoyo.

Toda la aldea ha aportado su granito de arena. El trabajo ha estado, claramente, marcado por un espíritu de responsabilidad y solidaridad. Se puede decir que, de forma general, todo se ha realizado con un notable entusiasmo y energía. Como toda obra humana, ciertamente no han faltado algunas dificultades, más concretamente a la hora de proveer con piedra las tareas de construcción. De julio a septiembre, al ser la estación determinante para el trabajo en el campo dado que con las lluvias de esos meses se siembra el mijo, sustento casi único para la población.

Ha sido en esa época cuando en repetidas ocasiones se ha producido una falta de aprovisionamiento de piedra: la población no podía garantizarla dado que al mismo tiempo tenía que desempeñar trabajos vitales como agricultores. Otra dificultad ha sido la lejanía de los depósitos de arena necesarios para la construcción. En la aldea de Indelou es prácticamente imposible encontrar arena. Se necesita ir a buscarla a una veintena de kilómetros, a través de una pista trazada sobre un terreno muy áspero y rocoso. El camión que se usaba para transportar la arena tuvo, con una cierta frecuencia, averías, lo que retrasó el transporte del material.

Pese a estas dificultades, la edificación fue avanzando poco a poco. Esta progresión de los trabajos era seguida de cerca por el corresponsal de la Fundación Polaris World, Abel, que enviaba regularmente fotos para informar del avance de las obras.

Finalmente, todo se ha terminado con éxito y la terminación de tres preciosas aulas, el despacho/almacén para el director y las tres letrinas. Sin duda ninguna, la obra ha significado una alegría indescriptible para toda la población, tanto de los habitantes de Indelou como de las aldeas vecinas. Actualmente, los alumnos y los maestros poseen un marco ideal de trabajo para dar respuesta a los desafíos de una educación indispensable al desarrollo de un país como Mali.

Los beneficiarios de esta obra son muchos. Primeramente, los alumnos, en total están escolarizados 266, así como los enseñantes, 12 en la actualidad. Por supuesto toda la población de Indelou y de las aldeas vecinas, cuyos alumnos también asisten a la escuela. Hay, por lo menos, cuatro aldeas de los alrededores que envían sus niños a la Escuela de Indelou.

Todos los beneficiarios, a través mío, desean manifestar de manera unánime su profunda y sincera gratitud a la Fundación Polaris World y el Ayuntamiento de Cartagena por haber hecho posible esta magna obra.

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*** Informe final de Abel (Bamako, 9 enero 2015)