sábado, 16 de marzo de 2013

KURUN SERA CENCEN MA, ESTO ES, ‘LA PIRAGUA HA TOCADO LA ARENA”


Para poder describir la situación actual del Centro de Salud Comunitaria de Dougabougou, en el centro de Mali, financiado por la Fundación Polaris World desde 2010, hemos decidido titular la entrada con este dicho maliense. Al escribir “desde 2010”, se quiere decir literalmente que llevamos tres años detrás, construyendo, de este proyecto que, en circunstancias normales, se tarda, como mucho seis meses, incluso menos, en terminarlo. Así que también podríamos haber recurrido a expresiones más patrias como “más tiempo que para construir El Escorial”. Afortunadamente, hace una semana, POR FIN, nos llegaban las fotos y la comunicación de que el proyecto está finalizado, de ahí lo de “Kurun sera cencen ma”: la piragua ha tocada la arena. Hemos llegado al final de un proyecto que ha sido uno de los más laboriosos de los últimos años

Desde 2010, como se suele decir, ha llovido mucho. Dos visitas de los representantes de la Fundación Polaris World a Dougabougou, la primera para analizar “in situ” las necesidades reales de la zona, necesidades que, como se comentó en su momento, eran innegables. Tras numerosas comunicaciones con los responsables del proyecto, Cáritas de Segou, la diócesis en la que está localizada la ciudad de Dougabougou, a lo largo de 2011, el proyecto parecía completamente estancado, sin que Cáritas fuera capaz de explicar adecuadamente los motivos. Así que si la montaña no viene a Mahoma… el presidente de la Fundación, con motivo de un viaje de revisión de los proyectos (diciembre de 2011) fue directamente a visitar al responsable máximo del Centro de Salud Comunitario, Monsignore Agustín Traoré, obispo de la diócesis.

Durante la entrevista, por describirlo de una forma eufemista, el presidente,  Narciso Lozano, apretó las tuercas al obispo para que explicara la situación real de la construcción. Como es costumbre, se había transferido el 50% de la financiación, cerca de 25.000 euros, de los cuales, lógicamente, se requería saber el uso preciso y exacto. No fue una conversación fácil, quizá complicada aún más por problemas de interculturalidad. Para sorpresa de la delegación viajera de la Fundación Polaris, tras terminar la discusión, la entrevista terminó más o menos amablemente, se fue a visitar el sitio donde se estaba construyendo el dispensario de Dougabougou. Y, héte aquí, que los edificios estaban prácticamente terminados. De hecho, los albañiles estaban pintando las paredes y las ventanas. Aparentemente, según contaron los representantes de Cáritas, faltaban algunos elementos importantes, no contemplados en la financiación de la Fundación, como el depósito de agua, que, supuestamente, debería financiar Cáritas Italia.

Pasó todo el año 2012. Más peticiones de información, de aclaraciones, las cuales no parecían cundir efecto. Por ello, en la reunión del Patronato de febrero 2013, éste decide dar carpetazo al proyecto, mal que bien, se había sido testigo de que el dispensario estaba construido, aunque no en funcionamiento y el 50% restante podía ser destinado a otros proyectos, liberando esos fondos. Se decide enviar una carta certificada a Monseñor Traoré para comunicarle la decisión del Patronato.

Fuere la casualidad, la providencia divina, los hados, la diosa Fortuna, justo el día que la carta certificada espera ser metida en el buzón, llega, finalmente, la comunicación por parte de Cáritas Segou de que el proyecto, tres años después, ha sido concluido. ¡Laus Deo, monseñor Traoré!

Lo que nos lleva, para terminar, a citar otro proverbio maliense: “Yakuma kun b´a la”, literalmente, “Ahí hay cabeza de gato”. No es un proverbio propiamente dicho, según nos dicen nuestros amigos los salesianos de Mali, sino más bien una expresión idiomática. Cuando se alude a una situación donde hay algo que no está del todo claro, y que puede encerrar misterios indescifrables. Sería el equivalente a nuestra expresión castellana: ´Hay gato encerrado´. Lo curioso es que en ambas lenguas hacen alusión al gato. ¿Qué tendrá el felino, para ser asociado tan fácilmente con el misterio? Y ya que estamos en ello: ¿qué misterio encerrará el Sr. Obispo para que un proyecto de tres meses dure tres años?

sábado, 9 de marzo de 2013

BOUGOU: COMIENZA LA EXCAVACIÓN DE UN POZO DE SUPERVIVENCIA


Dentro de pocas semanas, al llegar el mes de abril, el agua de lluvia almacenada en las pozas del cauce cercano  terminará por agotarse y los 697 habitantes de la aldea de Bougou (Mali) se verán obligados, como lo vienen haciendo durante años, a excavar en la arena de la rambla. Ésta ha almacenado el agua de las lluvias, normalmente caen entre junio y septiembre, creando una pequeña capa freática, un metro por debajo de la superficie. En realidad, el agua que extraen así, está sucia y llena de arena, pero es el único modo de acceder al agua, bien que ésta se encuentre en pésimas condiciones. Lo peor viene después. Al consumirse tras una somera filtración con utensilios caseros, muchas veces sin ser hervida adecuadamente, las enfermedades intestinales de todo tipo se multiplican, haciendo estragos entre la población más débil, los niños, aunque tampoco los adultos se libran de esta lacra que, en numerosas ocasiones, es mortal.

Hace unos meses, Paul Ossagou, alcalde del municipio de Doucombo, donde se asienta la aldea, integrada en el distrito de Bandiagara (centro del país) solicitó ayuda a la Fundación Polaris World para la construcción de un pozo que les permitiera acceder a una capa freática más profunda y dispusieran de agua limpia durante todo el año. Como la aldea se encuentra en una zona muy rocosa del país dogón, el agua, una vez encontrada, suele ser de excelente calidad. La capa freática, a fin de que el pozo disponga de unos cinco metros de agua, suele llegar al excavar entre treinta y cuarenta metros de profundidad. El problema es la excavación del pozo, puesto que la roca es durísima y los medios técnicos no excesivamente sofisticados. Pero para ello, la Fundación Polaris World cuenta con la experiencia del pocero Daniel Kene, quien ha llevado a cabo varios proyectos, como el Pozo de Orintouno y otros, de características similares. La solución es un martillo neumático y dinamita.

Para la dinamita, dado que el país se encuentra en guerra, el frente ahora está unos 500 kilómetros más al norte, el hecho de transportarla representa un notable peligro. Por beneficiosao que sea el uso final, la sospecha en los controles militares es insoslayable: no siempre resulta fácil distinguir entre un extremista islámico y un modesto pocero que transporta unos cartuchos de dinamita en el portaequipajes. La segunda dificultad estriba en que al descender la cota de excavación, el polvo de la roca triturada crea enormes dificultades respiratorias a los poceros que tienen que relevarse o recurrir, no siempre es posible, a un primitivo sistema de extracción de polvo.

Por el momento, los trabajos han comenzado. Se trata de excavar un pozo de 2 metros de diámetro y unos 30 metros de profundidad. Resulta difícil pensar en cómo los poceros aciertan a dar con la capa freática, empezando por el punto donde iniciar la excavación, considerando la aspereza y sequedad, en decenas de kilómetros a la redonda. Sin embargo, en la quincena de proyectos llevados a cabo por la Fundación en la zona, ni una sóla vez se han equivocado. Esperemos que ésta no sea la primera.

Bougou, el nombre de la aldea, significa “caseta o cobertizo”, en lengua bambara, el fundador de la aldea era un bambara, que al llegar al lugar dijo: “me quedo aquí y hago una caseta”. Se trata de uno de los municipios más grandes de la comarca, Doucombo limita al norte con el municipio de Kendié, al sur con los ayuntamientos de Bara sara et kani bonzon y al este con los de Soroli, Dandoli et Dourou, mientras que al oeste tiene  a Pignari Bana et Pignari. Está a unos 12 kilómetros de Bandiagara, al borde de la carretera nacional 15. En el mismo municipio, aparte del pozo de Orintouno (17.000 euros), la Fundación ha financiado el Centro de Salud Comunitario de Bodjo (37.000 euros)

Casi toda la población es dogón, con algunos peul (pastores transhumantes). Existe una coexistencia pacífica entre las tres religiones: animista, musulmana y cristiana, profesadas por la población. Tras las elecciones de 2009, se compuso un comité municipal, con miembros de diversos partidos,  con el proyecto de desarrollar la aldea, entre cuyas prioridades se cuentan la construcción del pozo que ahora ha comenzado a excavarse. Una vez finalizada la obra, se mejorarán las condiciones sanitarias mediante la dotación de agua potable, se disminuirán las enfermedades intestinales, debidas al consumo del agua insalubre, se reducirá el tiempo que las mujeres dedican a la búsqueda del agua, y, si posible, dispondrán de un pequeño excedente de agua para los animales.

El pozo, una vez terminado, será de uso para todos los habitantes, sin distinción. El jefe de la aldea organizará un comité que se encargue del mantenimiento de las instalaciones. El proyecto, financiado por la Fundación Polaris World con 14.600 euros, otros 1.500 serán aportados por los lugareños,  podría estar finalizado en 3 meses.