viernes, 13 de mayo de 2016

MINTA: EL DISPENSARIO EN ‘LA FUENTE QUE APAGA LA SED’

Minta es una aldea en el noroeste de Mali, cerca de la frontera de Burkina Faso, cuyo nombre significa “la fuente que apaga la sed” [Google Maps]. Las fuentes de agua que había en la comarca, hace años, representaban para los habitantes una enorme tragedia. En efecto, la etnia Mossis, que habitaba al otro lado de la actual frontera, aprovechaba que los aldeanos se congregaban en los puntos de agua para ejecutar “razzias” donde a la vez que se llevaban el agua, hacían esclavos entre las gentes del lugar. A la gente del lugar no les quedó otra solución que realizar sacrificios para que el agua fuera menos accesible. De esta forma desapareció la esclavitud, pero, al mismo tiempo, al descender la capa freática se acució el problema de acceso al agua.

Encrucijada de etnias, en Minta [Album fotográfico], además de mossis, conviven en la actualidad, dogones, dafing, peulh (pastores transhumantes), samogos y panan, una pequeña babel de costumbres, culturas y lenguas. Minta pertenece al municipio de Baye que, con una superficie de 2.142 kilómetros cuadrados tiene una población de 33.438 habitantes, abarcando 33 aldeas. Esto es como si la población de Torre Pacheco ocupara la superficie de la provincia de Vizcaya.

Aparte de los problemas de acceso al agua, los habitantes de la zona tienen que afrontar dos obstáculos especialmente duros. El primero es la escolarización que se sitúa en el 30,27% (sólo hay dos escuelas para los 33.000 habitantes largos) y el segundo es la sanidad. En todo el municipio de Baye, recordemos, tan grande como Vizcaya, sin ningún tipo de carretera asfaltada, sólo pistas de tierra, impracticables en la época de lluvias, sólo hay dos dispensarios. La electricidad tampoco existe.

La Fundación Polaris World ha decidido construir un centro de salud, siguiendo el modelo de los otros ocho ya edificados y en funcionamiento en la zona. Los lugareños tienen dos exigencias, colaborar en especies, mediante mano de obra o alojando a los albañiles y que la edificación respete la arquitectura popular local.

El modelo de centro de salud que ha implantado la Fundación Polaris World en el país dogón consiste de tres módulos. Uno, más pequeño, hace las funciones de despacho para el personal médico, archivos y farmacia. Un segundo módulo sirve para la consulta de los enfermos y un tercero se convertirá en maternidad, preservando una cierta intimidad para las parturientas en unas condiciones sanitarias mínimamente dignas. Actualmente dan a luz en sus casas, sobre piso de tierra.

El Centro de Salud, cuyo coste está presupuestado en 36.500 euros, financiados en su totalidad por la Fundación Polaris World, tendrá el compromiso, como está ocurriendo en los otros ocho actualmente en funcionamiento, de contratar, primeramente, auxiliar de enfermería cualificado y una comadrona, así como disponer de un pequeño stock de medicinas pagado por la población local. En un plazo de, aproximadamente, dos años, el Gobierno asumirá el usufructo del Centro de Salud de Minta dotándolo, previsiblemente de un médico con visitas rotatorias.

Aunque las necesidades no quedarán cubiertas del todo, el dispensario más próximo se encuentra a 21 kilómetros, siempre con el hándicap de caminos intransitables, especialmente desde junio hasta noviembre, durante la estación de lluvias, al menos las 12 aldeas que junto con Minta (Dissa, Oufou, Zerema, Saye, Boila, Djinto, Mangan, Boussouré, Anakana, Domini y Molé) sentarán las bases para una asistencia sanitaria elemental con perspectivas de mejorar notablemente a corto medio plazo.

La parte más frágil de la población, embarazadas y bebés, encontrarán un espacio para mejorar sus posibilidades de supervivencia (la tasa de mortalidad suele superar los 100 niños por cada 1.000 habitantes). El Comité Local, conformado por representantes de las 12 aldeas, se encargará de que el proyecto llegue a buen puerto.


Por de pronto, ya han comenzado a buscar la arena. Aunque estamos en pleno desierto subsahariano, la arena para la construcción no es fácil de encontrar, en este caso hay que ir a buscarla a 17 kilómetros de distancia.