sábado, 21 de junio de 2014

AUNQUE SEA FINALES DE JUNIO, EN OLGUINÉ TIENEN AGUA POTABLE

Hace unos días nos llegaba la comunicación desde Mali del exitoso fin de la excavación del Pozo de Olguiné, localizado, como el resto de los últimos proyectos de la Fundación Polaris en el País Dogón, en el centro del país y no muy alejado de la frontera burkinesa. Excavado en un terreno muy rocoso, como todo el resto de la meseta que se extiende por encima de la falla de Bandiagara, la raya que separa el éxito del fracaso es una línea muy delgada.

Es cierto que la capa freática no está a mucha profundidad, entre 30 y cuarenta metros. Pero asumir, como se puede ver en las imágenes del inicio de la excavación, en que el zahorí acierte con los dos metros de diámetro señalados con una simple azada en el suelo, acaso no resulte el más científico de los métodos. En cualquier caso, a esto se debe sumar, ni de lejos conviene infravalorarlo, la experiencia de los lugareños, especialmente de los ancianos que se transmiten las historias de generación en generación. Incluidas aquellas donde se narran los lugares donde, supuestamente, en el subsuelo hay agua.

Sea como fuere, la obra se ha ejecutado en un tiempo récord, en apenas cuatro meses, con lo cual los habitantes de Olguiné, que al llegar abril se quedaban sin agua, una vez acabada la recogida de las lluvias en un aljibe, ahora disponen de cuatro hermosos metros de agua, provenientes del subsuelo y, por lo tanto permanentes. El agua es de buena calidad y apta para el consumo humano.

La Fundación Polaris World ha aportado 20.878 euros. Esta cantidad es ligeramente superior a la que suele costar un pozo en la otra zona del país dogón, lo que ellos llaman la llanura arenosa. Los habitantes de las aldeas beneficiarias han colaborado con unos 1.500 euros, así como con trabajo en especie y han corrido, como es tradicional, con el alojamiento y la manutención de los poceros. El hecho de tener que excavar en roca hace que los trabajos de los poceros sean más complicados y peligrosos, dado que se tiene que recurrir a cartuchos de dinamita para cuartear la roca. En este caso, el pozo tiene una profundidad de 30 metros. Como siempre, se ha seguido el modelo de pozo diseñado por la Fundación: dotado de un brocal de un par de metros, con tapadera, perímetro exterior en cemento y arco con polea, a fin de preservar las condiciones sanitarias del entorno.

El epílogo de la excavación del Pozo de Olguiné ha sido escrito por una generosa donante de Cartagena. Ana, que ni siquiera era socia de la Fundación Polaris, había oído hablar de las actividades que la Fundación lleva a cabo en África. Así que hace unas semanas, poco antes de fallecer, dejó encargado a sus familiares que se donaran 2.000 euros para uno de los proyectos. Cumpliendo con su voluntad y para sorpresa del presidente, Narciso Lozano, que no les conocía de nada, se pusieron en contacto con él para donar la citada cantidad. En su honor, el Pozo de Olguiné se llama, Pozo Ana Pagán. ¡Bienaventurada sea! porque gracias a ella y otras decenas de simpatizantes y amigos, los habitantes de Olguiné ya disponen de agua, aunque sea en junio. Se trata del proyecto nº 106 de los realizados por la Fundación Polaris en África desde 2004.

lunes, 16 de junio de 2014

GRAN PARTICIPACIÓN DE AMIGOS EN LA VII CENA BENÉFICA DE LA FUNDACIÓN

El viernes pasado, 13 de junio, en una noche espléndida de luna llena, bajo las palmeras del estío murciano, en este caso en el municipio de Torrepacheco, la Fundación Polaris World celebró, con una gran afluencia de invitados, su VII Cena Benéfica. Se aprovechó la ocasión para celebrar el décimo aniversario de la Fundación que hace, justamente, dos lustros vió la luz por estas mismas fechas.

El evento se celebró en el magnífico marco de Finca La Herencia, bajo el exquisito patronazgo de José (Pepe) Roca, benefactor de la Fundación. A la misma asistieron 238 personas a los que se sumaron, de manera invisible, a través del procedimiento de FILA CERO otras catorce. La recaudación final se situó, pues, en 12.600 euros, cuyo 50% se destinará íntegramente al proyecto ya iniciado de la Escuela de Indelou (Mali).

La tómbola gozó, también de notable éxito, gracias a la simpatía de las voluntarias y voluntarios que repartieron con entusiasmo los números entre los comensales. Y la solidaridad de éstos al comprar las papeletas. Se vendieron la totalidad de las impresas, esto es, 500 números a 5 euros cada una, lo que totalizó un ingreso de 2.500 euros adicionales. Para los regalos de la tómbola contribuyeron una quincena de empresas y entidades como PicGlaze, El Barranquillo, Polaris Development y otras.

Con el compromiso de otras donaciones que se esperan durante esta semana, es previsible que la recaudación neta se sitúe en torno a los 12.000 euros, exactamente un cuarto del coste total de las tres clases, las tres letrinas y el despacho/almacén del director que la Fundación ha prometido financiar para la Escuela de Indelou.

Como siempre, pese a que coincidió con la (derrota) de España contra Holanda en el Mundial de Brasil, numerosos socios y simpatizantes mostraron su ya tradicional e inquebrantable solidaridad con la Fundación. Más llamativa si cabe, al considerar que en la situación económica actual resulta más complicado colaborar con proyectos tan alejados de las dificultades más cercanas. Algo que el presidente de la Fundación Polaris, Narciso Lozano, se encargó de agradecer, en nombre del Patronato como también de los miles de beneficiarios acogidos a los 107 proyectos que la Fundación Polaris ha ejecutado desde sus orígenes.


Durante la gala, precisamente, se proyectó un audiovisual con un resumen de las principales actuaciones llevadas  a cabo en 27 países de África, si bien durante los últimos años por economía de recursos, la Fundación Polaris ha concentrado sus actuaciones en Mali.

lunes, 2 de junio de 2014

COMIENZA LA CONSTRUCCIÓN DE LA ESCUELA DE INDELOU (MALI)

El Patronato de la Fundación Polaris World aprobó, en su reunión de la semana pasada, el proyecto de construcción de la Escuela de Indelou, en el país dogón de Mali. Este proyecto es idéntico al de la Escuela de Nacombo, culminado con éxito hace unos meses. Su alcalde, Allaye Diongo solicitó el apoyo financiero, tras haber oído hablar de las numerosas actividades que la Fundación Polaris World está llevando a cabo en la zona.

Se trata de construir tres salas de clase, según la legislación actual de Mali. Asimismo, un despacho para el director, de modo que trabaje en unas condiciones dignas, el cual servirá de almacén de material escolar. Se complementará todo ello con tres letrinas. La edificación se hará conservando la arquitectura tradicional de la aldea. Los habitantes participarán con mano de obra no cualificada, a fin de abaratar los costos.

El proyecto ha surgido por la necesidad acuciante de tener aulas. Los cursos –en total hay 375 alumnos- se imparten desde primero hasta noveno, por lo tanto debería de haber 9 clases, pero sólo 3 están construidas con muros más o menos sólidos. El resto lo están con ramajes y material provisional. Del primer al sexto año, los estudiantes usan los espacios protegidos por las ramas. Cuando llega el frío, es difícil mantener a los alumnos tranquilos. Con los grandes calores es peor, porque no se pueden tener muchos alumnos en el mismo espacio. Aunque el peor de los elementos es el viento, cuando sopla con fuerza del desierto arrastra arena que hace imposible la impartición de la enseñanza.

Los habitantes, por sus propios medios han empezado a preparar y tallar la piedra. Indelou está situada, sobre el acantilado, a unos 25 kilómetros de Bandiagara, en el municipio rural de Douro. La escuela dará servicio a Indelou y otras dos aldeas, en total, 4.500 almas.

El clima es de tipo subsahariano con dos estaciones bien distintas. Una estación lluviosa que va de julio a septiembre. Se caracteriza por una distribución muy irregular de las lluvias, dependiendo de las semanas. La cantidad anual de lluvia recogida en la zona no pasa de los 600 mm., siendo la media actual de unos 450 mm. La estación seca va de octubre a mayo, con temperaturas muy altas. A su vez se divide en dos partes. De diciembre a febrero se caracteriza por el frío y de marzo a mayo por el calor, hasta 46 grados a la sombra.

En la aldea, viven en armonía cristianos, musulmanes y los animistas (religión tradicional). La mayor parte de la población vive de agricultura de subsistencia, si bien, dada su localización cerca de la falla de Bandiagara, en otra época atraía abundante turismo, no es el caso en la actualidad.

Con este proyecto se incrementará la escolarización de los niños mediante unas condiciones dignas de aprendizaje, teniendo acceso a una enseñanza fundamental de calidad. Del mismo modo, otro de los objetivos, al disponer de mejores instalaciones es propiciar una mayor escolarización de las niñas. Más a medio plazo, si mejora la calidad de la enseñanza se impulsará la futura inserción académica de los alumnos que, posteriormente, decidan continuar sus estudios, generalmente en formación profesional. Las salas de clase, una vez construidas, en principio en unos tres meses, serán mantenidas por la Comisión Escolar, siguiendo las normas tradicionales de la aldea.


El coste total del proyecto se sitúa en los 42.036 euros, de los cuales, los habitantes, principalmente en especies, pondrán 3.395 €. Por consiguiente, la financiación, recientemente aprobada, por parte de la Fundación Polaris World será de 38.641 euros.