sábado, 20 de diciembre de 2014

1.000 LAPICEROS: REGALO DE NAVIDAD PARA LOS ESCOLARES DE BARAPIRELI (MALI)

Exactamente 1.000 lapiceros han sido el regalo de la Navidad 2014 que la Fundación Polaris World ha ofrecido a los alumnos de la Escuela de Barapireli, en el país dogón (Ver mapa), en el centro de Mali. Cada lapicero ha costado 0,03 euros. Es decir que los mil han salido por 38 euros.

Como al Patronato de la Fundación esto le parecía un regalo excesivamente austero se añadieron a la lista de compras algunos cuadernos de 50 páginas a 15 céntimos de euro la unidad. En total, unos 300. Como pese a todo existían unos ciertos recursos en las arcas de la Fundación se añadió un Libro de Francés a 4,5 euros. En realidad se añadieron 30 por cada curso, desde primero hasta sexto, así como 100 silabarios para aprender a leer. Conviene señalar que los modestos libros de texto pertenecen a la Escuela de Barapireli, por lo que cuando acabe el curso pasarán a los alumnos siguientes.

También se añadieron a esta cesta de navidad escolar 250 cuadernos de 200 páginas y 500, algo más pequeños de 100 hojas, complementados con 750 para diseño. A fin de que los profesores puedan impartir las explicaciones en la gigantesca pared/pizarra de cada aula se han comprado 50 paquetes de tiza blanca y 17 de tiza de color. Los alumnos necesitan escribir en los cuadernos las explicaciones que los maestros escriben en las pizarras, así que no podían faltar “Bics”, en tinta azul y roja. Unas 20 cajas ¿cuántas unidades tiene una caja? a 5,7 euros cada caja. ¡Ah! Hay que borrar el inmenso pizarrón: 30 borradores a 0,15 céntimos la unidad.


Y sí, también necesitan aprender geometría. Así que 10 grandes reglas, una para cada clase y alguna de repuesto, 10 cartabones y 10 grandes compases. A 3 euros por pieza. Mientras que los 10 paquetes de folios, cada paquete en España está en torno a los 4,5 euros, en Mali nos ha costado -¿problemas de una economía global?- seis (6) euros!!!.

La equipación se ha completado con dos utensilios que, aunque no sean estrictamente escolares cualquier alumno, sea en Mali, sea en Balsicas, siempre va a echar de menos si no lo tuviera: Sr. Maestro, ¿cuánto falta para el recreo? 10 relojes de pared que han valido 7,6 euros. Y una vez en el recreo: ¡¡¡Goooool!!! Seis silbatos a 45 céntimos la unidad. Por cierto, al menos uno de los alumnos es del Barça.

La suma de esta tan utilísima como necesaria cesta escolar de navidad se ha elevado a 2.375 euros que como puedes ver en las imágenes adjuntas, los niños de Barapireli ya están disfrutando. Este regalo ha sido posible con la aportación parcial de La Gran Jirafa Amiga (The Big Friendly Giraffe), proyecto impulsado generosamente por un grupo de madres del Kings College en La Torre Golf Resort, así como por la venta de los décimos de lotería navideña.


Pese a todo, la Fundación Polaris World, tras considerar que no bastaba con el material para que tanto profesores como alumnos desempeñaran sus obligaciones de enseñantes y aprendices en unas condiciones mínimamente dignas, aquí puedes ver el estado de la Escuela de Barapireli hace unos meses, decidió hacer a los 250 alumnos un regalo tan útil o más, que el material escolar descrito. Pero eso será otro cuento de Navidad que te contaremos para Reyes.

domingo, 14 de diciembre de 2014

VEINTE SENEGALESES OBTIENEN UNA BECA ESCOLAR, DE 150 EUROS, DE LA FUNDACIÓN POLARIS WORLD

Puede parecer una cantidad relativamente insignificante, pero los 150 euros de las becas que la Fundación Polaris World ha concedido a 20 alumnos de formación profesional de la escuela salesiana de Thiès en Senegal representa la diferencia esencial entre seguir estudiando para completar unos estudios con una salida laboral digna o abandonarlos para terminar en la calle, sin trabajo, o peor aún, en un cayuco destino del supuesto paraíso europeo, en la feliz hipótesis de que el trayecto marino no termine en tragedia.

Se trata de la undécima tanda de becas que durante los últimos años ha otorgado la Fundación Polaris World, siempre con cantidades muy similares, entre 2.000 y 3.000 euros. Todas ellas han ido destinadas a alumnos de formación profesional en Senegal o Mali.

En este caso, los 20 alumnos, entre los que hay cinco mujeres, son estudiantes de mecánica o electricidad, la mayoría de los primeros cursos, aunque también hay alguno de cuarto, el último antes de graduarse. Los gastos de escolarización de cada uno de los alumnos se sitúan en torno a los 269 euros para el curso completo. En este caso, la Fundación Polaris World aporta unos 150 destinados para gastos de escolarización (material escolar, matrícula y otros), si bien el transporte y la alimentación correrán siempre a cargo de los propios alumnos.

Aunque el establecimiento está regido por la congregación salesiana, el criterio de otorgamiento de las becas, se ha basado estrictamente, lejos de cualquier adscripción religiosa, en ayudar a los más necesitados. Desde alumnos cuyos padres carecen completamente de recursos financieros, ellos mismos se costean parte de los gastos con su trabajo fuera del horario escolar, hasta otros que proceden de aldeas muy alejadas de Thies, con lo que la financiación necesaria para proseguir la carrera se incrementa considerablemente. Algunos alumnos proceden de Dakar, la capital del país, pero otros vienen de Casamance, Fandène, Tamba o Kaolack.


Julienne, Monique, Clotilde y Aissatou, Nogaye, son las cinco alumnas, las tres primeras de la rama de electricidad, mientras que las dos últimas hacen mecánica, mientras que la edad de los alumnos va desde los 16 a los veinte años.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

HUÉRFANOS DEL ÉBOLA EN SIERRA LEONA: LA FUNDACIÓN POLARIS ENVÍA DOS CAMIONES CON MATERIAL ESCOLAR Y UTENSILIOS

La semana pasada la Fundación Polaris World ha gestionado el envío de un camión con diverso material (imágenes) destinado al centro de acogida para los niños huérfanos de ébola que los salesianos están construyendo en Sierra Leona, uno de los países más afectados por la mortal epidemia. El material ha sido donado por dos amigos y socios de la Fundación, Juan y Pepe, de Torre Pacheco.

A ellos va el agradecimiento del Patronato pero, sobre todo, de las decenas de niños en Sierra Leona que al quedar huérfanos se enfrentan a enormes dificultades para salir adelante. Desde los impedimentos económicos que con ser muy graves lo son, si cabe, menores que la discriminación que sufren los huérfanos. Por temor al contagio, infundado, puesto que ya han pasado la cuarentena tras la enfermedad, nadie quiere estar cerca de ellos. Otras veces, por el mero hecho de haber sobrevivido son considerados brujos, lo que puede poner en peligro sus vidas.

Los salesianos de Sierra Leona (puedes leer más información aquí), tras recibir la donación de un terreno de unas 15 hectáreas están comenzando a acondicionarlo para, entre otras instalaciones, crear una escuela de formación profesional donde puedan aprender un oficio. Para ese centro de acogida, cercano a Freetown, la capital, va destinada la carga enviada la semana pasada, a la que se suma un camión enviado hace ya un par de meses.

El envío se gestiona a través de una ONG de Navarra, “Ayuda Contenedores 2012” especializada en el envío por barco de material diverso para diferentes instituciones y organizaciones no gubernamentales, tanto en África como en América Latina. La propia ONG ha asumido el coste del transporte desde Torre Pacheco hasta Pamplona donde se acondiciona la carga antes de darla salida a través del puerto de Bilbao.

En el último camión va material como mesas, banquetas, literas, colchones, sábanas, mantas, armarios de cocinas, vajilla (platos, vasos, cubiertos), botiquines, puertas y ventanas. La propia Fundación Polaris de material donado por otras personas, también ha complementado la carga con bicicletas, material para usar en los futuros talleres de aprendizaje de formación profesional.

El proyecto de los salesianos en Sierra Leona para los huérfanos contempla entre otras actuaciones, aparte del equipamiento escolar, la excavación de un pozo para dotar de agua potable a los cerca de 400 huérfanos que se espera acoja el centro a medio plazo, así como un desarrollo agrícola, con el propósito de que los chicos y chicas acogidos aprenda una profesión y, de alguna manera, también colaboren en su propia subsistencia.


Puedes leer más detalles de la situación y el proyecto en “Huérfanos del ébola” (El País, 11 nov 2014)

domingo, 16 de noviembre de 2014

DE LA GRAN JIRAFA AMIGA A LA LOTERÍA DE NAVIDAD 2014

Hace un año, aproximadamente, con el apoyo de un grupo de madres del Kings College en Torrepacheco, emprendimos el proyecto de reforma de los locales de la Escuela de Barapireli (imágenes). Tras diversos actos solidarios, las madres, el proyecto lo denominaron “The Big Friendly Giraffe”, recaudaron algo menos de 1.000 euros. A fin de llevar a buen término esta idea, la Fundación Polaris World retomó el proyecto inicial que ahora, con la Lotería de Navidad 2014, espera concluir. Como en años anteriores, por cada décimo, que cuesta 20 euros, se pide un donativo de 5 euros que irán, íntegramente, destinados a financiar la reforma de la Escuela de Barapireli.

El municipio de Barapireli se encuentra en el corazón del Sahel, donde la vida de las poblaciones está organizada alrededor de la agricultura y la ganadería. Estas dos principales actividades dependen de la pluviometría que, desgraciadamente, disminuye año a año, convirtiendo la vida de la población en precaria e inestable. El ingreso anual de una familia está alrededor de 100.000 FCFA, o sea, 150 euros por año. Esto explica todas las dificultades de los padres para inscribir a sus hijos en las escuelas.

A las dificultades naturales del entorno, se unen las consecuencias de años de inseguridad en las regiones del norte de Mali. Hay necesidad de apoyo de benefactores, para que un número importante de niños pueda ir al colegio, teniendo en cuenta que el desarrollo pasa por la escolarización. Los niños van al colegio a los 7 años, pero se acepta a aquellos que tienen más de 7, porque a menudo, los padres no se acuerdan de la edad que tienen sus hijos

La tasa de abandono varía de un año a otro, pero la media es del 20%. La razón principal es la pobreza de los padres para afrontar los gastos de los estudios de sus hijos (gastos de escolarización, material escolar…). Otras razones: los matrimonios precoces de las chicas, el deseo de éxodo rural, a la vista de la situación precaria de los padres, la falta de alojamientos dignos para aquellos que provienen de pueblos vecinos

Las mayores dificultades para la asistencia de los alumnos son materiales, financieras, sanitarias y alimentarias. La economía del entorno está unida a la pluviometría, que es cada vez más insuficiente, el poder adquisitivo de los padres disminuye, los niños comen poco y a menudo comidas de poca calidad. La mayoría está infralimentados. Esto explica también en gran parte la baja tasa de escolarización y la alta tasa de abandonos.

La Escuela de Barapireli tiene un alumnado compuesto por 250 niños, 120 son chicas y 30 chicos. La confesión religiosa –la escuela está adscrita a la Parroquia Católica del pueblo- es de 132 católicos, 97 musulmanes y 21 protestantes. Ni que decir tiene que la aportación de la Fundación Polaris, iniciada por las madres del Kings College, será para beneficio de todos, sin distinción de ningún tipo. El cuerpo escolar está conformado por 12 maestros, de los cuales tres son mujeres. Se mejorarán las instalaciones que, como se advierte en las imágenes, son bastante deficientes y sobre todo dispondrán de material escolar, lo que sin duda facilitará una mejor asistencia de los alumnos, disminuyendo la tasa de abandono escolar que es una verdadera lacra.


Para adquirir décimos, basta con enviar un correo a fundacionpolaris@polarisworld.com o llamar al 968-012697 (horarios algo aleatorios en razón de la disponibilidad de Mercedes, voluntaria en la oficina de la Fundación en La Torre Golf Resort). La fecha límite para solicitar los décimos es el 15 de diciembre.

sábado, 1 de noviembre de 2014

CORRESPONDENCIA DESDE SENGEBENGOU: QUERIDOS SOCIOS Y AMIGOS

[Carta de agradecimiento de Dieudonne Somboro, párroco de Pel, a propósito de la excavación del pozo de supervivencia de Senguebengou, fechada el 10 octubre 2014]

“Rogamos nos disculpen por la demora en la ejecución del pozo de Senguebengou. Damos gracias a Dios porque todo el trabajo se ha llevado a cabo sin ningún tipo de accidente. Los habitantes de la aldea han cumplido con su compromiso: colaborar con su mano de obra, alimentar a los poceros y el transporte de agua y arena para la obra.

Aunque la ejecución del proyecto estaba prevista en tres meses, nos hemos encontrado con un pequeño problema y ésa es la razón por la cual el trabajo se ha demorado. Comenzamos a excavar el pozo a finales de febrero de 2013. A mediados de mayo, hemos alcanzado la cota de 31 metros, donde nos hemos topado con roca negra (volcánica) muy dura.

Pese a todo, hemos continuado trabajando y excavado, hasta principios de junio, 8 metros más. Cuando a principios de junio ha comenzado la época de las lluvias, los aldeanos que viven de la agricultura se han visto obligados a dejar los trabajos de excavación, la cual sólo se ha retomado en diciembre, una vez terminada la cosecha. Sin embargo, una vez retomada las tareas, hemos tenido diversas averías con los comprensores (usado para el martillo mecánico con el que se excava en la roca) y las reparaciones han llevado tiempo.

Pese a todo, se ha continuado, mal que bien, hasta alcanzar el nivel freático. Como los últimos 5 metros excavados son en parte tierra y en parte roca, nos hemos visto obligados a anillarlos con cemento para que la tierra no ciegue el pozo con el paso del tiempo. Gracias a Dios, el pozo, con 45 de profundidad, tiene 3 metros de agua. La población se ha mostrado extremadamente sastisfecha y os lo agradece infinitamente.

Que Dios os bendiga y os conceda salud y paz. Por nuestra parte, recibid mi eterno agradecimiento por la vida que otorgáis, con este pozo, a los habitantes de la aldea de Senguebengou y los alrededores. Con este pozo, los aldeanos y todos lo que viven en Senguebengou van a notar un extraordinario cambio en sus vidas cotidianas. Se adjuntan las facturas”

[El proyecto financiado por la Fundación Polaris World, con un coste de 9.400 euros, más unos 1.500 euros aportados por los habitantes del pueblo, servirá a una población aproximada de 3.500 personas].


viernes, 26 de septiembre de 2014

YA TENEMOS LAS PAREDES DE LA ESCUELA DE INDELOU (MALI), VAMOS A POR EL TECHO

En una entrada anterior nos hacíamos eco del comienzo de las obras de la Escuela de Indelou, en Mali, en pleno país dogón. En medio de las actuales dificultades -unas centenas de kilómetros más al norte, el ejército francés y militares de otros países vecinos están en alerta permanente, ocasionalmente en combate- por las que atraviesa la zona, el modesto turismo existente hasta hace un par de años ha desaparecido casi por completo, la construcción de la escuela en esta remota aldea era, además de un necesario centro de formación, un faro de esperanza.

Afortunadamente, las obras se están ejecutando en tiempo y el proyecto avanza a buen ritmo y cuenta con la necesaria cooperación de las autoridades locales y de los habitantes del lugar. El coste total del proyecto se sitúa en los 42.036 euros, de los cuales, los habitantes, principalmente en especies, pondrán 3.395 €. También el ayuntamiento de Cartagena, a través de su programa de cooperación y ayuda al desarrollo aportará, muy generosamente, la cantidad de 6.464 euros. Por consiguiente, la financiación comprometida, el resto,  por la Fundación Polaris World será de 32.177 euros.

Los trabajos de construcción de la Escuela de Indelou se iniciaron el 21 de julio de 2014, con la ceremonia de la primera piedra, en presencia de los dignatarios de los alrededores, el constructor y los representantes municipales del Ayuntamiento de Dourou, al cual pertenece la aldea de Indelou.

En los diferentes discursos pronunciados para la ocasión, se manifestó ampliamente el agradecimiento, por un lado, hacia la Fundación Polaris World, y por el otro a los diferentes patronos y benefactores que apoyan a la Fundación.

Al mismo tiempo, se pronunció, por parte de los asistentes, los mejores deseos para el buen desarrollo de la obra, de ofrecieron las bendiciones oportunas y las exhortaciones adecuadas para que todo el proyecto llegue a buen puerto.

En este sentido, los habitantes de Indelou han reafirmado su compromiso y determinación para que se cumplan los objetivos marcados de inicio. Hasta el momento, ese compromiso por parte de los aldeanos se ha mantenido inquebrantable. Los jóvenes de Indelou se han organizado para llevar a cabo la talla de la piedra empleada en la construcción. Por su parte, las mujeres cumplen su desempeño a fin de acarrear el agua necesaria para la edificación.


Los dos albañiles especializados en la construcción no han encontrado mayores dificultades para avanzar en la construcción. Los trabajos de carpintería y recubrimiento del techo comenzarán el 29 de septiembre. En resumen, todo se desarrolla con la más absoluta normalidad. En noviembre, las nuevas clases estarán disponibles para los alumnos.

domingo, 20 de julio de 2014

TENA-KANA: EL POZO DE “EL POZO” Y DEL AYUNTAMIENTO DE CARTAGENA

La Fundación de los Trabajadores de El Pozo Alimentación y el Ayuntamiento de Cartagena han financiado la construcción del pozo de supervivencia de Tena-Kana, en Mali, por valor de algo más de 10.000 euros. La coordinación del proyecto que, recientemente, se concluyó con éxito, es decir, con la obtención de agua permanente, fue coordinada por la Fundación Polaris World, en cooperación con la Escuela Père Michel, de los Salesianos de Bamako, la capital maliense.

El proyecto ha consistido en la excavación de un pozo de un par de metros de diámetro y unos 60 de profundidad, dotado de un brocal y anillado en cemento los primeros metros para que no se deteriore la abertura, ni se ciegue con la arena. Aparte del brocal, protegido con un murillo de algo más de un metro de altura, y una tapadera metálica, por cuestiones higiénicas, también se ha construido un pequeño abrevadero a fin de poder usar el agua excedente, en caso de que se diera el caso, para que beban los animales del poblado. Una vez encontrada el agua, los principales beneficiados son los 2.200 habitantes de la aldea, aunque también acuden los de otras aldeas limítrofes, sin distinción de etnia, ni religión.

Tena-Kana (significa “Cimientos Nuevos”) para diferenciarlo de otra aldea cercana que se llama Tena (Cimientos). En el momento de la fundación de la aldea, el fundador se dijo “se trata de un lugar fértil y adecuado para la ganadería, así que aquí vamos a poner los cimientos”.

La aldea está situada a unos 48 kilómetros de Pel (partido judicial y centro parroquial que se ha encargado “in situ” de la ejecución del proyecto). La mayoría de los habitantes pertenecen a la etnia dogón, dedicados a la agricultura sedentaria, principalmente el mijo, aunque también poseen algo de ganadería. También se asientan en la aldea, en temporada, los pastores trashumantes de la etnia “peulh”.

El único acceso al agua, hasta la construcción del nuevo pozo era a través de un pozo tradicional (en realidad, un aljibe que recoge el agua de lluvia). El pozo se seca hacia el mes de noviembre, un par de meses después de que comience la época seca. Incluso cuando tiene agua, en la época de lluvias (desde junio a octubre), las condiciones higiénicas son lamentables: agua sucia o arenosa, con lo que las enfermedades intestinales son abundantes, especialmente entre la población más frágil y necesitada: los niños de corta edad.

Cuando el pozo se seca, a partir de noviembre no queda gota de agua, con lo que los moradores tenían que desplazarse a 3 kilómetros, a la aldea más cercana. Esto causa un doble problema: ocupa una buena parte de la jornada de las mujeres y los niños, los encargados de transportar el agua, con la consecuencia adicional de que los niños dejan de acudir  a la escuela. Asimismo, como en los pueblos vecinos el agua tampoco es muy abundante se ocasionan numerosas disputas y rencillas entre los habitantes.

Se trata de una zona muy árida, al este de Mali, cerca de la frontera con Burkina Faso. La pluviometría, muy escasa, no más allá de los 300 ml. representa el principal problema, pues queda concentrada en la época de lluvias (junio a septiembre) y durante el resto del año el calor es abrasador, combinado, ocasionalmente con importantes tormentas de arena, lo que hacen del medio un contexto muy hostil donde la desertización crece a pasos agigantados: se trata de una de las regiones habitadas más ásperas del desierto del Sahara

Esta región cercana a los recientes combates entre fuerzas de intervención extranjeras contra extremistas islámicos y rebeldes tuareg ha quedado, económicamente, muy debilitada porque el turismo existente en la zona, especialmente el acantilado de Bandiagara, ha desaparecido en la práctica, por problemas de seguridad.

Con el nuevo pozo se mejorarán las condiciones sanitarias de la zona, lo que implica, entre otras numerables ventajas, la disminución de la tasa de mortalidad maternal e infantil, especialmente las relacionadas con las enfermedades intestinales, debidas al consumo del agua insalubre. Menos importante, pero para nada un asunto banal: se reduce el tiempo que las mujeres dedican a la búsqueda del agua, incluso, en ciertas ocasiones, se dispondrá agua para los animales, uno de los pocos medios de subsistencia económica.

La aldea ha creado el Comité de Gestión del Agua, coordinado por el anciano del poblado que se encarga del mantenimiento, reparación y limpieza del pozo. Los habitantes de Tena Kana, como es tradicional en la zona, han aportado su trabajo en especies al proyecto, además de dar alojamiento y manutención a los poceros, durante el tiempo que han durado las obras.

La financiación de la Fundación de los Trabajadores de El Pozo Alimentación ha sido de 6.000 euros, mientras que el Ayuntamiento de Cartagena ha corrido con el resto, siendo el total 10.400 euros.

Tena Kana es el vigésimo primer pozo que la Fundación Polaris World ha excavado con éxito en Mali.

sábado, 21 de junio de 2014

AUNQUE SEA FINALES DE JUNIO, EN OLGUINÉ TIENEN AGUA POTABLE

Hace unos días nos llegaba la comunicación desde Mali del exitoso fin de la excavación del Pozo de Olguiné, localizado, como el resto de los últimos proyectos de la Fundación Polaris en el País Dogón, en el centro del país y no muy alejado de la frontera burkinesa. Excavado en un terreno muy rocoso, como todo el resto de la meseta que se extiende por encima de la falla de Bandiagara, la raya que separa el éxito del fracaso es una línea muy delgada.

Es cierto que la capa freática no está a mucha profundidad, entre 30 y cuarenta metros. Pero asumir, como se puede ver en las imágenes del inicio de la excavación, en que el zahorí acierte con los dos metros de diámetro señalados con una simple azada en el suelo, acaso no resulte el más científico de los métodos. En cualquier caso, a esto se debe sumar, ni de lejos conviene infravalorarlo, la experiencia de los lugareños, especialmente de los ancianos que se transmiten las historias de generación en generación. Incluidas aquellas donde se narran los lugares donde, supuestamente, en el subsuelo hay agua.

Sea como fuere, la obra se ha ejecutado en un tiempo récord, en apenas cuatro meses, con lo cual los habitantes de Olguiné, que al llegar abril se quedaban sin agua, una vez acabada la recogida de las lluvias en un aljibe, ahora disponen de cuatro hermosos metros de agua, provenientes del subsuelo y, por lo tanto permanentes. El agua es de buena calidad y apta para el consumo humano.

La Fundación Polaris World ha aportado 20.878 euros. Esta cantidad es ligeramente superior a la que suele costar un pozo en la otra zona del país dogón, lo que ellos llaman la llanura arenosa. Los habitantes de las aldeas beneficiarias han colaborado con unos 1.500 euros, así como con trabajo en especie y han corrido, como es tradicional, con el alojamiento y la manutención de los poceros. El hecho de tener que excavar en roca hace que los trabajos de los poceros sean más complicados y peligrosos, dado que se tiene que recurrir a cartuchos de dinamita para cuartear la roca. En este caso, el pozo tiene una profundidad de 30 metros. Como siempre, se ha seguido el modelo de pozo diseñado por la Fundación: dotado de un brocal de un par de metros, con tapadera, perímetro exterior en cemento y arco con polea, a fin de preservar las condiciones sanitarias del entorno.

El epílogo de la excavación del Pozo de Olguiné ha sido escrito por una generosa donante de Cartagena. Ana, que ni siquiera era socia de la Fundación Polaris, había oído hablar de las actividades que la Fundación lleva a cabo en África. Así que hace unas semanas, poco antes de fallecer, dejó encargado a sus familiares que se donaran 2.000 euros para uno de los proyectos. Cumpliendo con su voluntad y para sorpresa del presidente, Narciso Lozano, que no les conocía de nada, se pusieron en contacto con él para donar la citada cantidad. En su honor, el Pozo de Olguiné se llama, Pozo Ana Pagán. ¡Bienaventurada sea! porque gracias a ella y otras decenas de simpatizantes y amigos, los habitantes de Olguiné ya disponen de agua, aunque sea en junio. Se trata del proyecto nº 106 de los realizados por la Fundación Polaris en África desde 2004.

lunes, 16 de junio de 2014

GRAN PARTICIPACIÓN DE AMIGOS EN LA VII CENA BENÉFICA DE LA FUNDACIÓN

El viernes pasado, 13 de junio, en una noche espléndida de luna llena, bajo las palmeras del estío murciano, en este caso en el municipio de Torrepacheco, la Fundación Polaris World celebró, con una gran afluencia de invitados, su VII Cena Benéfica. Se aprovechó la ocasión para celebrar el décimo aniversario de la Fundación que hace, justamente, dos lustros vió la luz por estas mismas fechas.

El evento se celebró en el magnífico marco de Finca La Herencia, bajo el exquisito patronazgo de José (Pepe) Roca, benefactor de la Fundación. A la misma asistieron 238 personas a los que se sumaron, de manera invisible, a través del procedimiento de FILA CERO otras catorce. La recaudación final se situó, pues, en 12.600 euros, cuyo 50% se destinará íntegramente al proyecto ya iniciado de la Escuela de Indelou (Mali).

La tómbola gozó, también de notable éxito, gracias a la simpatía de las voluntarias y voluntarios que repartieron con entusiasmo los números entre los comensales. Y la solidaridad de éstos al comprar las papeletas. Se vendieron la totalidad de las impresas, esto es, 500 números a 5 euros cada una, lo que totalizó un ingreso de 2.500 euros adicionales. Para los regalos de la tómbola contribuyeron una quincena de empresas y entidades como PicGlaze, El Barranquillo, Polaris Development y otras.

Con el compromiso de otras donaciones que se esperan durante esta semana, es previsible que la recaudación neta se sitúe en torno a los 12.000 euros, exactamente un cuarto del coste total de las tres clases, las tres letrinas y el despacho/almacén del director que la Fundación ha prometido financiar para la Escuela de Indelou.

Como siempre, pese a que coincidió con la (derrota) de España contra Holanda en el Mundial de Brasil, numerosos socios y simpatizantes mostraron su ya tradicional e inquebrantable solidaridad con la Fundación. Más llamativa si cabe, al considerar que en la situación económica actual resulta más complicado colaborar con proyectos tan alejados de las dificultades más cercanas. Algo que el presidente de la Fundación Polaris, Narciso Lozano, se encargó de agradecer, en nombre del Patronato como también de los miles de beneficiarios acogidos a los 107 proyectos que la Fundación Polaris ha ejecutado desde sus orígenes.


Durante la gala, precisamente, se proyectó un audiovisual con un resumen de las principales actuaciones llevadas  a cabo en 27 países de África, si bien durante los últimos años por economía de recursos, la Fundación Polaris ha concentrado sus actuaciones en Mali.

lunes, 2 de junio de 2014

COMIENZA LA CONSTRUCCIÓN DE LA ESCUELA DE INDELOU (MALI)

El Patronato de la Fundación Polaris World aprobó, en su reunión de la semana pasada, el proyecto de construcción de la Escuela de Indelou, en el país dogón de Mali. Este proyecto es idéntico al de la Escuela de Nacombo, culminado con éxito hace unos meses. Su alcalde, Allaye Diongo solicitó el apoyo financiero, tras haber oído hablar de las numerosas actividades que la Fundación Polaris World está llevando a cabo en la zona.

Se trata de construir tres salas de clase, según la legislación actual de Mali. Asimismo, un despacho para el director, de modo que trabaje en unas condiciones dignas, el cual servirá de almacén de material escolar. Se complementará todo ello con tres letrinas. La edificación se hará conservando la arquitectura tradicional de la aldea. Los habitantes participarán con mano de obra no cualificada, a fin de abaratar los costos.

El proyecto ha surgido por la necesidad acuciante de tener aulas. Los cursos –en total hay 375 alumnos- se imparten desde primero hasta noveno, por lo tanto debería de haber 9 clases, pero sólo 3 están construidas con muros más o menos sólidos. El resto lo están con ramajes y material provisional. Del primer al sexto año, los estudiantes usan los espacios protegidos por las ramas. Cuando llega el frío, es difícil mantener a los alumnos tranquilos. Con los grandes calores es peor, porque no se pueden tener muchos alumnos en el mismo espacio. Aunque el peor de los elementos es el viento, cuando sopla con fuerza del desierto arrastra arena que hace imposible la impartición de la enseñanza.

Los habitantes, por sus propios medios han empezado a preparar y tallar la piedra. Indelou está situada, sobre el acantilado, a unos 25 kilómetros de Bandiagara, en el municipio rural de Douro. La escuela dará servicio a Indelou y otras dos aldeas, en total, 4.500 almas.

El clima es de tipo subsahariano con dos estaciones bien distintas. Una estación lluviosa que va de julio a septiembre. Se caracteriza por una distribución muy irregular de las lluvias, dependiendo de las semanas. La cantidad anual de lluvia recogida en la zona no pasa de los 600 mm., siendo la media actual de unos 450 mm. La estación seca va de octubre a mayo, con temperaturas muy altas. A su vez se divide en dos partes. De diciembre a febrero se caracteriza por el frío y de marzo a mayo por el calor, hasta 46 grados a la sombra.

En la aldea, viven en armonía cristianos, musulmanes y los animistas (religión tradicional). La mayor parte de la población vive de agricultura de subsistencia, si bien, dada su localización cerca de la falla de Bandiagara, en otra época atraía abundante turismo, no es el caso en la actualidad.

Con este proyecto se incrementará la escolarización de los niños mediante unas condiciones dignas de aprendizaje, teniendo acceso a una enseñanza fundamental de calidad. Del mismo modo, otro de los objetivos, al disponer de mejores instalaciones es propiciar una mayor escolarización de las niñas. Más a medio plazo, si mejora la calidad de la enseñanza se impulsará la futura inserción académica de los alumnos que, posteriormente, decidan continuar sus estudios, generalmente en formación profesional. Las salas de clase, una vez construidas, en principio en unos tres meses, serán mantenidas por la Comisión Escolar, siguiendo las normas tradicionales de la aldea.


El coste total del proyecto se sitúa en los 42.036 euros, de los cuales, los habitantes, principalmente en especies, pondrán 3.395 €. Por consiguiente, la financiación, recientemente aprobada, por parte de la Fundación Polaris World será de 38.641 euros.

sábado, 1 de marzo de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: CREACIÓN DE UN TALLER DE ALIMENTOS EN KINSHASA, R.D. CONGO (8)

El primer proyecto de 2005 tenía como objetivo la capacitación de mujeres en técnicas de pastelería y panadería, mediante la creación de un taller de cocina para formarlas en la manipulación de alimentos en el barrio de Kimbondo, en la capital, Kinshasa de la República Democrático del Congo. El presupuesto total del proyecto se elevaba hasta los 30.855 euros, de los cuales la Fundación Polaris World aportó 19.484 euros.
El proyecto, gestionado por la ONG SYAD (Servicios y Actuaciones Divulgativas) – si bien el beneficiario en destino era el CENTRE CONGOLAIS DE CULTURE, DE FORMATION ET DE DÉVELOPPEMENT, a.s.b.l. (CECFOR), había sido ideado para contribuir a resolver tres problemas primordiales en el barrio Kimbondo: la falta de capacitación y de empleo de la mujer congoleña del barrio Kimbondo; la falta de recursos por parte de las familias de las alumnas del Liceo Técnico y Profesional Kimbondo para pagar el coste de los estudios de sus hijas. Por tanto la dificultad que tiene la escuela para cubrir sus gastos de funcionamiento; y finalmente resolver los conflictos de convivencia entre grupos tribales de orígenes distintos debidos a que Kimbondo era un asentamiento que reunía a poblaciones originarias de distintos puntos del país, desplazadas a causa de la guerra o por huir de las difíciles condiciones de vida en el medio rural.
El proyecto se realizó para ampliar la oferta educativa que en ese momento tenía el Liceo Técnico y Profesional Kimbondo (LPK), escuela profesional que ofrece impartía formación en Técnicas de Hostelería y en Corte y Costura, en las afueras de Kinshasa. En concreto, se trataba de introducir de nuevos cursos capacitación en panadería y pastelería para mujeres del barrio Kimbondo y para jóvenes que, por haber abandonado la escuela a mitad del ciclo primario y por tener ahora una edad superior a lo requerido para reanudarlo, se encontraban de hecho excluidas del mundo escolar, y en consecuencia del derecho a la formación.
El objetivo general de desarrollo que perseguía el proyecto era mejorar la calidad de vida de la mujer congoleña promoviendo la capacitación profesional como medio para salir de la pobreza. Con eso, el proyecto estaba respondiendo a las necesidades básicas de las mujeres y las chicas jóvenes de Kimbondo, contribuyendo de modo efectivo a su promoción tanto a nivel personal (aumento de autoestima) como a nivel familiar y social.
Entre las diversas etapas que el proyecto cubría se pueden señalar: realización de cursos de capacitación de 150 mujeres y jóvenes del barrio en pastelería y panadería, por las tardes (las clases del LPK son por la mañana), la creación de un taller de alimentos que serían elaborados por las alumnas en sus prácticas y vendidos para contribuir al sostenimiento del Liceo Profesional. Para cubrir estos objetivos se llevó a cabo la instalación del aula de cocina lo que permitió que 164 mujeres y chicas del barrio de edad superior a la edad escolar se beneficiaran de una capacitación en panadería y pastelería.
Las 164 beneficiarias podían adquirir, de esta forma, una autonomía económica de sus familias, produciendo pan que ponen en venta en el pequeño mercado del barrio, delante de sus casas o en el mercado de Badiadingi (el mercado de un barrio más cercano de Kimbondo y más populoso). Otras recibían demandas de alimentos para recepciones organizadas en algunas familias. Al mismo tiempo otras 87 chicas del barrio Kimbondo obtuvieron acceso a la formación profesional en ciencias de hostelería pagando el coste de sus estudios para el año académico 2005-2006 gracias a los trabajos realizados durante las vacaciones (agosto y septiembre 2005) en el taller de alimento y servicios de catering.
En doce meses, un total de 251 mujeres y chicas habían mejorado su situación sea teniendo un empleo o auto-empleándose, o todavía estudiando y pagando sus estudios mediante su trabajo.
Las beneficiarias del proyecto fueron sus principales promotoras, colaborando en todos los aspectos del funcionamiento del taller de alimentos y respondiendo de modo muy positivo y muy responsable a las actividades; en concreto: las alumnas se movilizaron masivamente para trabajar en el taller de alimentos con vistas a su capacitación personal y a garantizar la estabilidad económica de sus familias, aprendiendo –mediante las prácticas realizadas- técnicas de producción y gestión mejoran la capacidad profesional de las 144 alumnas. De forma complementaria, gracias al trabajo de estas chicas en servicios de catering, el Liceo Profesional Kimbondo llegó a aumentar la cobertura de sus gastos de funcionamiento en un 41% a lo largo de la ejecución del proyecto, (Antes el Liceo cubría solo 30% de sus gastos) llegando al final del primer año a cubrir, mediante el taller, 71 % del total de sus gastos de funcionamiento.

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En 2014, la Fundación Polaris World cumple 10 años. Con tal motivo, hemos iniciado una serie histórica con los 106 proyectos llevados a cabo


sábado, 22 de febrero de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: COMPRA, PUESTA EN MARCHA Y ASISTENCIA TÉCNICA PARA DOS MOTOBOMBAS EN MOPTI, MALI (7)

Este proyecto fue puesto en marcha con la ONG “AVD DELTA” y en él colaboraban, además de Manos Unidas, el socio local denominado Association des Volontaires pour le Développement du Delta du Niger.  Tenía como objetivo proporcionar agua de riego para los arrozales de una par de aldeas situadas, al otro lado del río, en las cercanías de Mopti (centro de Mali); asimismo incluía la formación de cuatro jóvenes en la tarea de mantener las motobombas. Por la parte en la que más concernida estaba la Fundación Polaris World –era el proyecto número 7 y el segundo en Mali, durante el primer año de la Fundación- se centraba en la compra de 2 motobombas de gran potencia para extraer el agua del Níger, dado que la ribera tenía una gran altitud y los terrenos a irrigar eran muy amplios. Para el proyecto, la Fundación Polaris World aportó 35.940 euros.
El proyecto tenía el carácter de piloto a fin de probar si existía una solución sólida y duradera a un problema de gestión del agua muy complejo, donde se mezclaban intereses políticos, comarcales e incluso religiosos. Las aldeas en las que se quería realizar la prueba, llamadas Koubi y Komio, estaban situadas en los aledaños o sobre la ribera del caudaloso Níger. Es decir, que el problema no era la falta de agua, sino extraerlo, siendo la única forma de hacerlo mediante poderososas motobombas, cuyo coste resultaba prohibitivo para los lugareños.
El segundo problema y, no menos importante, era el mantenimiento de las motobombas que requerían mecánicos especializados, habiéndose dado el caso en los meses precedentes, de que al norte de la zona del Lago Debo (el norte de Mopti), un gran número de motobombas averiadas (entre el 30 y 50 %) habían impedido (o retrasaron) el comienzo de numerosas campañas de riego (julio de 2004) sobre más del 40 % de las zonas de cultivo existentes.
En muchas aldeas algunas motobombas llevaban funcionando desde hacía más de 5 años, gastadas u objeto de revisiones complicadas o de varias reparaciones difíciles que conllevaban gastos importantes, sin garantía duradera. Gran parte de las asociaciones de arroceros que compartían el uso de una motobomba habían gastado la totalidad de sus reservas financieras para intentar remediar estas averías y no tenáin fondos suficientes para afrontar a la vez la renovación de sus motobombas y empezar nuevas campañas de cultivo de arroz. A veces ni para pagar el gasoil necesario para arrancarlas.

El embrollo se complicaba, según afirmaba Roman Imboden, el responsable suizo del proyecto, además de por la falta de liquidez, por la carencia de mecánicos debidamente formados. Incluso existían sospechas de que en ocasiones los propios mecánicos no reparaban los sistemas adecuadamente, incluso propiciaban su rotura, para que se les llamara de nuevo. Mientras que por otro lado, a veces, los mecánicos no cobraban sus salarios en tiempo y forma, si es que llegaban a cobrarlos.

El propósito de la ONG AVD Delta era que en el taller que estaba en funcionamiento se formaran adecuadamente los mecánicos, apoyándose en los alumnos de formación profesional de los salesianos de Bamako, en la capital, ya que no pocos eran de la zona. La formación de los mecánicos, se comenzó con dos, se complementaba con la búsqueda de acuerdos con las cooperativas de arroceros de las aldeas, de forma que entre los mecánicos y los propios agricultores se creara un clima de confianza y responsabilidad para que ambas partes se sintieran implicados en la responsabilidad del mantenimiento de las motobombas. El punto final, si todo salía bien, era confiarle la motobomba a un mecánico (prestatario contratado) residente en el pueblo afectado, pagado por los agricultores. Ésto aseguraba el abastecimiento de agua para toda la zona de cultivo, de forma que los arroceros podían entonces dedicarse íntegramente a la agricultura.

Por otro lado, el taller de la ONG en Mopti podía prestar servicio técnico a los prestatarios del servicio (los mecánicos formados previamente) en los casos donde las piezas –se planteaban incluso la adaptación de las motobombas, incluso fabricación, a las duras condiciones climáticas de la zona- tuvieran que ser renovadas completamente.

En el año 2009, durante una entrevista de miembros de la Fundación con Roman Imboden, quien seguía trabajando en el proyecto y gestionando el taller de reparación y recambios en Mopti, éste manifestó su gran frustración porque el proyecto, muy complejo en la organización y gestión del mismo, aunque había funcionado relativamente bien al principio, no pudo ser implantado en su totalidad, o al menos no llegó a realizarse tal como estaba previsto.

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sábado, 15 de febrero de 2014

POZO DE SUPERVIVENCIA PARA LA CASA DE CAMPO DESÉRTICA EN OLGUINÉ (MALI)

En Olguiné, a partir del mes de abril, el único pozo (un aljibe que ha recogido el agua de la lluvia) se seca y las mujeres se ven obligadas a buscar el agua, excavando en el cauce arenoso y seco del río. Esta agua, que resulta complicado de obtener, es –además- de pésima calidad, llena de arena, carente de toda higiene, pues también los animales se acercan para abrevar en esas charcas.  Esas pozas tienen entre 3 y 6 metros de profundidad. Tanto el aljibe como las pozas se encuentran a unos tres kilómetros de la aldea. Las mujeres que van a buscar el agua tienen que atravesar un terreno rocoso, pleno de dificultades.

A fin de paliar estas dificultades, el ayuntamiento al que pertenece la aldea ha pedido la ayuda de la Fundación Polaris World, en cuya última reunión del Patronato, celebrada en enero, se acordó financiar la obra por valor de 20.878 euros. Por su parte, los aldeanos colaborarán en el trabajo de apoyo a los poceros, además de, según es costumbre local, correrán con la manutención  y alojamiento durante los tres meses que está previsto dure la obra.

El pozo nuevo, excavado en roca, con una profundidad aproximada de 30 metros, estará situado entre 300 y 500 metros de las viviendas, con lo cual estaría mucho más cerca que las pozas, además de disponer de agua abundante y de calidad, si el proyecto finaliza con éxito.

Los beneficiarios serán unas 1.035 personas a las que habría que sumar los rebaños de bueyes, cabras y ovejas. Según la tradición oral contada por Pebèlou Guindo, el jefe de la aldea, el pueblo fue fundado por una mujer. La mujer cometió una falta grave contra las costumbres locales y tenía que ser sacrificada para satisfacer a la divinidad en razón de los fetiches. Temerosa de recibir la pena máxima, se fue a refugiar en la sabana, detrás de unas rocas y unos arbustos (se pueden ver en las imágenes, ya que el lugar donde se refugió se considera sagrado por los descendientes actuales). Estuvo viviendo sóla en ese lugar hasta que sus hermanos la encontraron. La protegieron y junto con ella se instalaron en este lugar que han denominado Olguiné (Casa de Campo).

El pueblo se sustenta, mera supervivencia, con algo de agricultura, dispone de una balsa que recoge el agua de lluvia, la cual también se seca a partir de enero, con lo cual el cultivo de las verduras (cebolletas, principalmente) llega a su fin.

Olguiné, los habitantes son muy solidarios, es uno de los pueblos, cada vez escasean más, donde los trabajos en el campo todavía se hacen de manera colectiva: cultivo, cosecha, talla de piedras para la construcción, etc. Además la aldea está muy bien organizada: existe un banco de cereales, una banca del pueblo que otorga mini préstamos y una escuela.


Olguiné, como el resto de la región donde la Fundación Polaris World lleva a cabo su labor desde hace cuatro años, se localiza en una zona muy árida, al este de Mali, cerca de la frontera con Burkina Faso. La pluviometría, muy escasa, no más allá de los 300 ml. representa el principal problema, pues además de escasa queda concentrada en la época de lluvias (junio a septiembre). Durante el resto del año el calor es abrasador, combinado, ocasionalmente con importantes tormentas de arena, lo que hacen del medio un contexto muy hostil donde la desertización crece a pasos agigantados: se trata de una de las regiones habitadas más ásperas del desierto del Sahara

Las etnias principales son dos, la cohabitación no siempre es fácil, al ser una de ellas, los peulh, trashumantes y recorren la zona con sus rebaños motivando disputas por los derechos de pasto y acceso al agua. No obstante existe una armonía general entre la población. Esta región cercana a los recientes combates entre fuerzas de intervención extranjeras contra extremistas islámicos y rebeldes tuareg ha quedado muy debilitada porque el turismo existente en la zona, especialmente el vecino acantilado de Bandiagara, ha desaparecido en la práctica, por problemas de seguridad.

El objetivo principal del proyecto es mejorar las condiciones sanitarias de la aldea, estando entre los principales objetivos: mejora de las condiciones sanitarias mediante la dotación de agua potable, disminución de las enfermedades intestinales, debidos al consumo del agua insalubre, reducir el tiempo que las mujeres dedican a la búsqueda del agua y permitir, si posible, disponer de agua sobrante para los animales.

La aldea creará el Comité de Gestión del Agua, coordinado por el anciano de la misma, que se encarga de que la ejecución cotidiana del proyecto se lleve a cabo en los plazos y con la financiación prevista. Una vez terminada la obra, el Comité se responsabilizará del mantenimiento, reparación y limpieza del pozo.