sábado, 10 de enero de 2015

C'EST POURQUOI LA JOIE DES PARENTS ET DE LEURS ENFANTS EST INMENSE*** (Escuela Indelou, Mali)

La construcción de tres aulas, tres letrinas y un despacho/almacén para la Escuela de  Indelou(Imágenes)ha terminado hace unos días. La aldea de Indelou y otras de los alrededores tenían una necesidad perentoria de realizar esta obra para ofrecer a los escolares unas condiciones adecuadas para el trabajo escolar. De ahí que la alegría de los padres y de los alumnos, con esta joya, sea inmensa (C’est pourquoi la joie des parents et de leurs enfants est inmense d’avoir ce joyau).

Los habitantes ya habían mostrado, cuando se puso la primera piedra, su determinación inquebrantable para colaborar en que la construcción llegara a buen puerto. Esa decisión se ha concretado a lo largo de la duración de la edificación. De manera constante y diligente han respondido, de forma masiva, a la llamada del jefe de la aldea para que participaran en las tareas. En todo momento, han considerado que esta edificación era la edificación para el futuro de sus hijos.

Especialmente, han colaborado en tareas no cualificadas como en la talla de piedra, en el transporte de la piedra en bruto, acarreando agua y en la hospitalidad brindada a los albañiles. Los jóvenes se han organizado en grupos de 10 personas para garantizar que cada día hubiera una continuidad en el apoyo a los albañiles a la hora de mezclar el cemento y llevarles la piedra tallada. Mientras tanto, las mujeres acarreaban el agua y cocinaban para los obreros. Además, ha habido familias, que de forma voluntaria han aportado comida a los obreros para incentivarles en el desempeño de su trabajo. Incluso los niños han estado presentes para desarrollar pequeñas tareas de apoyo.

Toda la aldea ha aportado su granito de arena. El trabajo ha estado, claramente, marcado por un espíritu de responsabilidad y solidaridad. Se puede decir que, de forma general, todo se ha realizado con un notable entusiasmo y energía. Como toda obra humana, ciertamente no han faltado algunas dificultades, más concretamente a la hora de proveer con piedra las tareas de construcción. De julio a septiembre, al ser la estación determinante para el trabajo en el campo dado que con las lluvias de esos meses se siembra el mijo, sustento casi único para la población.

Ha sido en esa época cuando en repetidas ocasiones se ha producido una falta de aprovisionamiento de piedra: la población no podía garantizarla dado que al mismo tiempo tenía que desempeñar trabajos vitales como agricultores. Otra dificultad ha sido la lejanía de los depósitos de arena necesarios para la construcción. En la aldea de Indelou es prácticamente imposible encontrar arena. Se necesita ir a buscarla a una veintena de kilómetros, a través de una pista trazada sobre un terreno muy áspero y rocoso. El camión que se usaba para transportar la arena tuvo, con una cierta frecuencia, averías, lo que retrasó el transporte del material.

Pese a estas dificultades, la edificación fue avanzando poco a poco. Esta progresión de los trabajos era seguida de cerca por el corresponsal de la Fundación Polaris World, Abel, que enviaba regularmente fotos para informar del avance de las obras.

Finalmente, todo se ha terminado con éxito y la terminación de tres preciosas aulas, el despacho/almacén para el director y las tres letrinas. Sin duda ninguna, la obra ha significado una alegría indescriptible para toda la población, tanto de los habitantes de Indelou como de las aldeas vecinas. Actualmente, los alumnos y los maestros poseen un marco ideal de trabajo para dar respuesta a los desafíos de una educación indispensable al desarrollo de un país como Mali.

Los beneficiarios de esta obra son muchos. Primeramente, los alumnos, en total están escolarizados 266, así como los enseñantes, 12 en la actualidad. Por supuesto toda la población de Indelou y de las aldeas vecinas, cuyos alumnos también asisten a la escuela. Hay, por lo menos, cuatro aldeas de los alrededores que envían sus niños a la Escuela de Indelou.

Todos los beneficiarios, a través mío, desean manifestar de manera unánime su profunda y sincera gratitud a la Fundación Polaris World y el Ayuntamiento de Cartagena por haber hecho posible esta magna obra.

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*** Informe final de Abel (Bamako, 9 enero 2015)