miércoles, 26 de junio de 2013

VI CENA BENÉFICA: 16.030 EUROS PARA EL POZO DE SENGUEBENGOU (MALI)

Como previsto, el 14 de junio, viernes, celebramos la VI Cena Benéfica de la Fundación en El Lago de La Torre Golf Resort donde se obtuvo una recaudación total, entre la rifa, el pago de los cubiertos y Fila Cero de 16.030 euros, cantidad que sobrepasa, con creces, el objetivo que nos habíamos propuesto de financiar la excavación del pozo de Senguebengou en Mali. Con lo cual el sobrante se aplicará al nuevo proyecto que en breve se pondrá en marcha: el pozo de supervivencia de Tena-Kana, también en Mali.

El evento, que siempre se ha celebrado en La Torre Golf Resort, contó con dos patrocinadores principales, Polaris World Development (gracias, Pedro, gracias Jose Luis), cuya generosidad hacia la Fundación es permanente, incluso en estos tiempos de dificultades y con Los Churrascos Celebraciones que, más allá de su exquisita profesionalidad, sobradamente conocida (gracias, Benito, gracias Mariló), se implican más allá de lo que son sus obligaciones, incluso a título personal.

No menos importantes, fueron otros colaboradores que para no alargar la entrada, no vamos a citar. Ellos saben, con sus regalos para la rifa, con sus aportaciones a la Fila Cero, con su presencia física y las de sus invitados, que sin ellos ni la nutrida participación, ni la abundante recaudación hubieran sido posibles.

Algunas cifras por aquello del chocolate claro y las cuentas espesas, es decir, al revés. De Fila Cero, por parte de 62 contribuyentes se recaudaron 3.100 euros. De la rifa se obtuvieron 1.730 euros. Lo que sumado a las aportaciones de los 227 comensales, más las ya citadas de Los Churrascos y Polaris Development, la cifra total alcanza los 16.030 euros.

Considerados los limitados recursos de los que en la actualidad dispone la Fundación Polaris esta cantidad es absolutamente remarcable, lo que dice mucho en favor de tantos amigos, simpatizantes y colaboradores, muchos de los cuales han hecho un esfuerzo extraordinario para poner su granito de arena, que al final ha terminado por convertirse en una respetable montaña.

Aunque por hablar con propiedad, más que en montaña, los 16.030 euros se convertirán en un agujero. Exactamente de 65 metros. Los que corresponden al pozo de supervivencia de Senguebengou para cuya excavación se había decidido dedicar los fondos que se recaudaran en el evento.  Como el costo es ligeramente inferior, el excedente se asignará al proyecto de Tena-Kana, para el que se están realizando los preparativos, a fin de iniciarlo una vez que acabe la época de las lluvias, el próximo septiembre.

A título ilustrativo, para hacerse una idea varios de los proyectos ya terminados y pagados, corresponderían casi euro por euro a los 16.030 euros recaudados. Como por ejemplo, el pozo de Orintouno, o también el pozo de Erssadja. En cualquier caso, el objetivo de recaudación ha sido sobrepasado con creces, lo que equivale a decir que la solidaridad, en medio de tantas dificultades por las que están pasando muchos de nuestros socios y simpatizantes, no es banal, ni fácil de detener. A todos, ellos, el agradecimiento de la Fundación Polaris, pero sobre todo de los futuros usuarios, especialmente mujeres y niños, del pozo de Senguebengou.

Como es costumbre, en el prólogo a la Cena, el presidente de la Fundación Polaris World, Narciso Lozano, agradeció -a todos los citados aquí y a los que han apoyado a la Fundación durante el año- su inquebrantable y sólida solidaridad, aún o pese, a los tiempos complicados que se viven. Asimismo, con una presentación audiovisual (excelente trabajo de otro colaborador fiel, Víctor)hizo un rápido recorrido, con cantidades empleadas en cada proyecto, localización y número de beneficiarios, de todos y cada uno de los proyectos ejecutados en 2012 y los que se han iniciado en 2013. 

jueves, 20 de junio de 2013

DOS PROYECTOS INFORMÁTICOS, UN CONTENEDOR, DIEZ BICICLETAS Y MUCHA MÁS COSAS EN EL CONTENEDOR PARA BAMAKO (MALI)

Los contenedores de cuarenta piés engañan. Por fuera parecen relativamente pequeños, pero al abrir las puertas en el muelle de carga la perspectiva de las paredes del interior se alarga y se alarga hasta un fondo oscuro que parece no tener fin. La Fundación Polaris World, en la amigable y solidaria compañía de la sevillana Red Integral Solidaria, veníamos, el plural se hace necesario, preparando el envío del material para dos proyectos informáticos que, acostumbrada como está la Fundación a trabajar, mayormente, en pozos de supervivencia, maternidades y escuelas elementales, parece que el concepto de solidaridad adquiere otra dimensión.

Excavar un pozo de 65 metros en pleno desierto del Sahara no es una tarea banal, pero montar dos centros informáticos, uno en Bandiagara y otro en Bamako, requiere de conocimientos especiales y una experiencia en estos asuntos más que veteranas. Así que todas las previsiones son pocas. Entre otras razones, porque los responsables de Red Integral Solidaria que se desplazan a Mali para el montaje final tienen que aprovechar sus vacaciones estivales en una carrera contrarreloj para en una semana dejar cada ordenador funcionando y, lo que resulta esencial, conectado a su red de gestión de Sevilla para actualizar antivirus, resolver dificultades y paliar problemas de última hora.

Obviamente, durante semanas, nuestros expertos informáticos de Red Integral Solidaria han ido preparando los equipos, software en francés, como es menester, para dejarlos no como nuevos, pero casi… además de realizar ellos mismos el transporte exprés en una jornada dominical de ida y vuelta, 1.200 kilómetros de nada para ir y volver desde el Guadalquivir a Balsicas.

Mientras tanto, por su lado, la Fundación Polaris World, con la inestimable ayuda de voluntarios del Colegio Salesiano de Los Dolores (Cartagena) han reparado y dejado en perfectas condiciones una docena de bicicletas, las cuales están destinadas a escolares de la zona de Bandiagara para facilitar que acudan a la escuela con una cierta facilidad.

Y hablando de escuelas, por otro lado, una circular del Lycée Français de Murcia a los padres de los alumnos ha permitido recoger una veintena de cajas con libros, la mayor parte en francés, algunos en inglés, que valen su oro en peso. Para los escolares de las zonas rurales, a quienes se enviará esta modesta biblioteca reciclada, una de las mayores dificultades en el aprendizaje académico lo constituye no las matemáticas, ni siquiera el francés, sino la lectura. Por la sencilla razón de que no disponen de libros con los que practicar. Entre los recogidos hay numerosos libros infantiles de lectura que, a buen seguro, encontrarán un eficacísimo segundo uso en medio de las arenas de la desértica llanura dogón.

Por otro lado, una empresa sevillana de origen vasco, el mapa de la solidaridad siempre posee recónditos recovecos, ha donado a la Fundación Polaris material, tanto ropa de trabajo como calzado de protección, cascos de obra y máscaras contra el polvo que servirán para que los alumnos de formación profesional de los colegios salesianos de Bamako y Sikaso puedan realizar sus prácticas escolares en unas mínimas condiciones de seguridad. Francamente, aprender a soldar en chanclas y camiseta de tirantes puede resultar muy pintoresco en una película, pero extremadamente peligroso cuando las chispas te caen encima del empeine o te saltan a un ojo.

¿Eso es todo? ¡Noooo¡. Ya se dijo que el contenedor parecía insondable. Así que allá han ido, por citar algunas cosillas más: equipamiento médico, como una vitrina de farmacia y uniformes de enfermeros y enfermeras. Ropa variada, juguetes, material escolar diverso, monos de trabajo, equipamiento de soldadura móvil y hasta una moto. Seguro que se nos olvida citar algo… Sí, tres pallets con paquetes individuales de miembros de la Asociación Maliense de Cartagena destinados a sus familiares. Con toda la buena intención del mundo, alguno quería enviar hasta colchones, pero a esas alturas el contenedor ya se había llenado.


Si esto fuera una película, estamos al principio porque el contenedor partirá la semana próxima de Cartagena, de allí a Las Palmas, después Dakar para, finalmente, tras un largo periplo por carretera de más de 1.000 kilómetros llegar a Bamako, deberíamos poner los títulos de agradecimiento. Ahí van. Agencia Marítima Blázquez que ha aportado generosamente el transporte hasta el puerto, Baltus Mobiliario, que aparte de prestar el muelle de carga, gracias, Antonio, cedió amablemente una persona para llevarla a cargo, gracias Josito, Polaris Development por el apoyo logístico, Pierre del Liceo Francés (que ya ha colaborado con la Fundación en otro par de ocasiones previas), Alex, cuyo apellido ucraniano, Ratushnyak, es tan complicado de pronunciar como él mismo es diligente, eficaz y trabajador con la carretilla, Iturri –la empresa vasco hispalense- y los últimos, pero no los menos importantes, Antonio y Jose María de Red Integral Solidaria. Ahora sólo nos queda esperar que ningún trámite burocrático impida que el contenedor llegue a buen puerto, aunque Bamako no lo posea. (CONTINUARÁ…)

miércoles, 12 de junio de 2013

KPELEWAÏ (TOGO): EL AGUA ESTABA ALLí, EN ABUNDANCIA, FALTABA QUE BROTARA

El objetivo esencial de este proyecto era mejorar la salud y la calidad de vida de las familias del barrio Kpelewaï de la Región de Kara (Togo), facilitando el acceso al agua potable, ya que las familias de esta comunidad se abastecen de puntos de agua muy lejanos al lugar en donde viven, que además se suelen agotar durante parte de la estación seca, por lo que terminan usando agua no potable de charcos y acumulaciones, lo que ocasiona enfermedades de todo tipo. Finalmente se ha perforado un pozo tal y como estaba previsto, habiéndose conseguido solucionar el problema urgente que se pretendía resolver.

El proyecto está enmarcado dentro de un Programa de Educación y Desarrollo Rural-PAEDR que integra componentes de alfabetización, dotación de agua potable, educación para la salud, generación de ingresos familiares, organización comunitaria y promoción de la mujer. Este programa fue diseñado por la Contraparte Salesiana de Kara, junto representantes de las Comunidades Rurales con ayuda de JYD (Jóvenes y Desarrollo). Una de las líneas más importantes de actuación del Programa consiste en la perforación de pozos para dotar de agua potable a la población de las comunidades rurales cercanas a estas ciudades, como es el caso del presente proyecto.

Gracias al proyecto se ha mejorado el nivel higiénico-sanitario del barrio de Kpelewaï (Kara) de la Región de Kara, que era el objetivo general. El abastecimiento de este pozo beneficia a unas 1.000 personas aproximadamente, que son todos los habitantes de dicho barrio. Por otra parte, las actividades de sensibilización en los temas relacionados con el manejo del agua, han complementado el beneficio que ya supone el abastecimiento de agua asegurado.

Por tanto, el abastecimiento ha mejorado el bienestar diario de la población, sobre todo de las mujeres, que son las encargadas de acarrear el agua, ya que disponen de un pozo con caudal asegurado durante todo el año, a una distancia máxima de 100 o 150 mts. de su vivienda, pues es en ese radio medio en el que se sitúan la mayoría de las viviendas. Indirectamente se habrá reducido el tiempo que niñas y mujeres dedican a acarrear agua, lo que permitirá favorecer el acceso de las niñas a la escuela y de las mujeres a cursos de alfabetización. Esto se conseguirá a través de otros proyectos complementarios que forman parte del Programa de Desarrollo Rural PAEDR identificado.

Se han podido superar en la medida en que se pretendía en la formulación, aunque todavía se puede mejorar, ya que el pozo tiene una salida de 32m3 de aforo siendo uno de los pozos con más salida de agua de la región, por lo que si se hace un depósito en altura, puede abastecer directamente a una población de 20.000 habitantes sin problema. Esta nueva iniciativa la realizarán las autoridades locales por sus propios medios, según ellos mismos han declarado, aunque dado que es una estrategia para ganar votos en las próximas elecciones, existe el riesgo de que la instalación se quede a medias.   


El pozo perforado tiene 60 m de profundidad y 32 m3 de aforo, lo que supone una capacidad para abastecer a muchísimas mas personas que el nº de habitantes del barrio, ya que ha resultado tener un caudal muy superior al esperado.
Podría abastecer directamente a una población de 20.000 habitantes sin problema, y ahora mismo en el barrio son aproximadamente 1000 personas. Hay un comité de gestión del pozo (ver fotos), y que ha sido formado para ello, y es elegido con la supervisión de las autoridades del barrio. Tienen una cuenta de ahorros donde meten las cuotas. Por cada 50 litros deben aporta 50 CFA que son aproximadamente 7 céntimos de euro. El comité de gestión se encarga de control de la cuenta de ahorros, de las cotizaciones y de las eventuales reparaciones.

La Fundación Polaris World ha financiado este proyecto con 10.953 euros, siendo la contraparte ejecutora la ONG’ Jóvenes y Desarrollo que realizan un excelente trabajo en muchas partes del mundo, especialmente en África, con una rigurosidad y eficacia extraordinarias. Apoyándose en la congregación salesiana, que dispone de personal propio en prácticamente todos los países de África, los proyectos responden a unos niveles de calidad y seguimiento dignos de admiración. Como por ejemplo, el Informe Final de este proyecto que puedes ver en este enlace. Como la Fundación Polaris ha concentrado sus esfuerzos y recursos en Mali, éste es el último proyecto ejecutado fuera de este país. Al menos, de momento.


jueves, 6 de junio de 2013

GOLOMBO, EN MALI, YA DISPONE DE SU CENTRO DE SALUD COMUNITARIO

Mali puede tener muchos problemas, como el resto de países, por lo demás, pero hay una serie de aspectos que son tremendamente chocantes. Por citar, entre otros muchos, he aquí algunos sorprendentes: en las aldeas no hay líneas telefónicas, pero en casi cualquier esquina del país, la cobertura de móviles no tiene nada que envidiar a muchas zonas peninsulares; no hay muchos recursos económicos, pero resulta difícil encontrar un profesional del Viejo Continente que emita unas facturas tan impecables, en los detalles y las precisiones como los albañiles malienses. Y ya que hablamos de albañiles malienses, puede ser que en otras latitudes tengan fama de no cumplir los plazos en las obras. En Mali, no.

Un excelente ejemplo, aunque no el primero, ni será el último, es el Centro de Salud Comunitario de Golombo, en el país dogón. Comenzado a principios de año, tal y como anunció el constructor, en mayo se terminó. Como la otra decena de consultorios realizados por la Fundación Polaris World en la zona, bien que modesto en su estructura y apariencia, servirá para cubrir las urgentes necesidades sanitarias de un grupo de aldeas, en este caso, Golombo y cercanas. Hasta ahora, los habitantes no disponían de la más mínima infraestructura. Los cuidados médicos, casi inexistentes, se hacían en las casas, en unas condiciones penosas, incluidos los partos. El desplazamiento para casos urgentes a Bandiagara, la cabeza de partido judicial, resultaba penosa a través de una pista excavada en la roca. Esto en la época seca, en la estación de lluvias (junio a septiembre) resultaba del todo impracticable.

Las construcción, como se puede apreciar en las imágenes sigue un modelo sencillo y utilitario. Dos pequeños edificios, uno para consultas y cuidados médicos (enfermero estable y médico volante), dotado con un pequeño almacén para material y farmacia. El otro edificio está reservado para las parturientas, a fin de preservar su intimidad. Unas letrinas, no visibles en las imágenes, completan las instalaciones.

Como en ocasiones precedentes, el constructor, sí, el que cumple los plazos y emite unas facturas cristalinas, ha usado la piedra bicolor de la región, lo que ha permitido salvaguardar, con las limitaciones que el lugar y el instrumental disponible permiten, la estética medioambiental del terreno áspero y rocoso que circunda el Centro de Salud Comunitario. Las puertas y ventanas metálicas limitarán la entrada de arena y polvo cuando sople con fuerza el viento del desierto.


La continuación del proyecto, ya es cosa de los habitantes de Golombo, que se han comprometido a elegir un comité de gestión que mantenga las instalaciones en buen uso, así como la gestión y costos del enfermero y, eventualmente, del doctor que haga las visitas de forma regular. Aún con las limitaciones económicas de los aldeanos y dependiendo de su buena voluntad, todos aportarán pequeñas cantidades por los servicios que reciban. Para empezar, ya han aportado 2.300 euros de los 37.700 euros que ha costado la construcción, habiendo sido financiado el resto por la Fundación Polaris World.