miércoles, 13 de noviembre de 2013

EL “GORDO” CAYÓ POR ADELANTADO EN SOROLI (MALI)

A principios de septiembre, para nuestra campaña de difusión de la venta de la tradicional lotería navideña usamos una imagen del Centro de Salud Comunitario de Soroli. Entonces, la imagen había sido tomada a mediados del verano, las paredes estaban levantadas a media altura. En ellas se apoyaban los tradicionales andamios de madera que los albañiles estaban usando para terminar de levantar la estructura.

Hace unos días, nos han llegado las imágenes de los tres edificios terminados. Como viene siendo habitual, siguiendo un modelo recomendado por el ministerio de Sanidad del país, las instalaciones constan de un edificio destinado exclusivamente a maternidad y donde las madres tienen una cierta intimidad. Otro edificio, completamente separado, se dedica a las consultas médicas con un pequeño despacho, además de un pequeño espacio para almacenar los medicamentos, por lo general casi inexistentes o muy escasos. Finalmente, la tercera parte de las instalaciones, un poco más alejada está constituida por las letrinas. Apenas las paredes, el techo, el llamado servicio turco y un somero desagüe para alejar los excrementos de las propias letrinas. A notar, en el caso de las letrinas, la curiosa escalinata de ascenso, a fin de permitir el desagüe por gravedad, así como las puertas verdes. Por alguna extraña razón, pintadas –quizá por carencias de otros colores- en idéntico verde oliva claro que las paredes del dispensario.

Con el dispensario de Soroli, se trata de la séptima vez, todas ellas en el país dogón, noroeste del país, que la Fundación Polaris World repite el mismo modelo de edificio, poniendo especial atención a preservar el medio ambiente –aún dentro de las limitaciones de recursos disponibles- con un cuidado especial en la arquitectura y los materiales usados. En este caso la piedra lugareña, una especie de granito bicolor que los propios habitantes tallan “in situ”, como parte de su contribución a la obra.

La obra, pues ha sido terminada con notable celeridad, pese a que entre junio y septiembre, época de lluvias, los trabajos se ralentizaron. De hecho, las imágenes más recientes muestran un arbolado bien verde. Ahora concierne a los propios aldeanos gestionar y mantener el flamante edificio en las mejores condiciones posibles. Aunque esto quizá no sea lo más importante. Más esencial es incorporarse al frágil sistema sanitario de la comarca. Los usuarios de los servicios que se presten pagarán una pequeña cuota con que financiar un enfermero para la asistencia más primaria. Al mismo tiempo, el partido judicial (en este caso Bandiagara) y la maltrecha organización sanitaria estatal asumen la itinerancia de un médico, cuyos horarios y asistencia no son del todo previsibles. En cualquier caso, los habitantes de Soroli, los de “no te vendo mi parcela, permanezcamos juntos” tendrán, a partir de ahora, un centro de salud, modesto, pero digno, reuniendo unas condiciones mínimas para que las parturientas puedan dar a luz en un medio higiénico –no en la cuadra, entre los animales, de sus hogares- y los cuidados de primera necesidad sean eficaces y… existentes.


Así, que efectivamente, los 15.000 euros que, aproximadamente, se han vendido de la Lotería de Navidad –aún hay disponibilidad: 1 décimo vale 25 euros, yendo 5 para el Centro de Salud Comunitario de Soroli- ya forman parte del “gordo” con el que han sido agraciados los habitantes de la aldea. La Fundación Polaris World, como previsto, complementará los fondos necesarios para pagar a los albañiles y el material empleado, según el compromiso adquirido, esto es, 36.000 euros.

sábado, 2 de noviembre de 2013

PROYECTO: THE BIG FRIENDLY GIRAFFE

“La Gran Jirafa Amiga” es el proyecto que las madres y alumnos del King’s College de Murcia (Torre Pacheco), por propia iniciativa de un grupo de entre ellas, liderado por Maire, han puesto en marcha desde principios de curso para recaudar fondos destinados a mejorar las instalaciones y el material escolar usados por los alumnos de la  Escuela de Barapireli, en el noroeste de Mali.

Antes del verano hicieron una propuesta a la Fundación para colaborar, implicar a otras madres y sobre todo a los alumnos, con la excelente idea realizar actividades sencillas, sin grandes alharacas, y enfocadas a un proyecto concreto. Desde un principio el Patronato de la Fundación respaldó el proyecto y le prestó su apoyo, además de acogerlas en la oficina que la Fundación Polaris World, por cortesía de Polaris Development, usa en La Torre Golf Resort.

El grupo de madres, que denominó el proyecto como “The Big Friendly Giraffe”, comenzó sus actividades recogiendo uniformes de segunda mano que, tras ser arreglados, planchados y etiquetados se pusieron a la venta en el despacho de la Fundación. De esta forma, pues, se facilita el reciclaje de material y se consiguen fondos para “The Big Friendly Giraffe”. El grupo de entusiastas madres ha organizado otras actividades, en el marco de los eventos organizados por el King’s College,The British School of Murcia, en las cuales han sido respaldadas desde el primer momento por el director, Stefan Rumistrzewicz, y por el resto del profesorado. El compromiso de la Fundación Polaris World es igualar los fondos que “The Big Friendly Giraffe” recaude con los suyos propios. Tras dos meses de actividades, sus logros monetarios se acercan a los 1.000 euros, que con los otros 1.000 que ponga la Fundación harán posible que una parte del proyecto –la fecha de cierre es junio de 2014- se haga realidad. Aunque quizá, más que el mero asunto económico, resulte más destacado el hecho de que los alumnos se impliquen en mejorar las condiciones escolares de sus colegas de la Escuela de Barapireli.

Para el curso 2013-2014, la Escuela de Barapireli tiene un alumnado compuesto por 250 niños, 120 son chicas y 30 chicos. La confesión religiosa –la escuela está adscrita a la Parroquia Católica del pueblo- es de 132 católicos, 97 musulmanes y 21 protestantes. Ni que decir tiene que la aportación que haga “The Big Friendly Giraffe” será para beneficio de todos, sin distinción de ningún tipo. El cuerpo escolar está conformado por 12 maestros, de los cuales tres son mujeres. 

El municipio de Barapireli se encuentra en el corazón del Sahel, donde la vida de las poblaciones está organizada alrededor de la agricultura y la ganadería. Estas dos principales actividades dependen de la pluviometría que, desgraciadamente, disminuye año a año, convirtiendo la vida de la población en precaria e inestable. El ingreso anual de una familia está alrededor de 100.000 FCFA, o sea, 150 euros por año. Esto explica todas las dificultades de los padres para inscribir a sus hijos en las escuelas.

A las dificultades naturales del entorno, se unen las consecuencias de años de inseguridad en las regiones del norte de Mali. Hay necesidad de apoyo de benefactores, para que un número importante de niños pueda ir al colegio, teniendo en cuenta que el desarrollo pasa por la escolarización. Los niños van al colegio a los 7 años, pero se acepta a aquellos que tienen más de 7, porque a menudo, los padres no se acuerdan de la edad que tienen sus hijos

La tasa de abandono varía de un año a otro, pero la media es del 20%. La razón principal es la pobreza de los padres para afrontar los gastos de los estudios de sus hijos (gastos de escolarización, material escolar…). Otras razones: los matrimonios precoces de las chicas, el deseo de éxodo rural, a la vista de la situación precaria de los padres, la falta de alojamientos dignos para aquellos que provienen de pueblos vecinos

Las mayores dificultades para la asistencia de los alumnos son materiales, financieras, sanitarias y alimentarias. La economía del entorno está unida a la pluviometría, que es cada vez más insuficiente, el poder adquisitivo de los padres disminuye, los niños comen poco y a menudo comidas de poca calidad. La mayoría está infralimentados. Esto explica también en gran parte la baja tasa de escolarización y el alta tasa de abandonos.


A través de “The Big Friendly Giraffe”, mejorarán las instalaciones que, como se advierte en las imágenes, son bastante deficientes y sobre todo dispondrán de material escolar, lo que sin duda facilitará una mejor asistencia de los alumnos, disminuyendo la tasa de abandono escolar que es una verdadera lacra.