Para poder describir la situación actual del Centro
de Salud Comunitaria de Dougabougou, en el centro de Mali, financiado por la
Fundación Polaris World desde 2010, hemos decidido titular la entrada con este
dicho maliense. Al escribir “desde 2010” , se quiere decir literalmente que
llevamos tres años detrás, construyendo, de este proyecto que, en circunstancias
normales, se tarda, como mucho seis meses, incluso menos, en terminarlo. Así
que también podríamos haber recurrido a expresiones más patrias como “más
tiempo que para construir El Escorial”. Afortunadamente, hace una semana, POR
FIN, nos llegaban las fotos y la comunicación de que el proyecto está
finalizado, de ahí lo de “Kurun sera cencen ma”: la piragua ha tocada la arena.
Hemos llegado al final de un proyecto que ha sido uno de los más laboriosos de
los últimos años
Desde 2010, como se suele decir, ha llovido mucho.
Dos visitas de los representantes de la Fundación Polaris World a Dougabougou,
la primera para analizar “in situ” las necesidades reales de la zona,
necesidades que, como se comentó en su momento, eran innegables. Tras numerosas
comunicaciones con los responsables del proyecto, Cáritas de Segou, la diócesis
en la que está localizada la ciudad de Dougabougou, a lo largo de 2011, el
proyecto parecía completamente estancado, sin que Cáritas fuera capaz de
explicar adecuadamente los motivos. Así que si la montaña no viene a Mahoma… el
presidente de la Fundación, con motivo de un viaje de revisión de los proyectos
(diciembre de 2011) fue directamente a visitar al responsable máximo del Centro
de Salud Comunitario, Monsignore Agustín Traoré, obispo de la diócesis.
Durante la entrevista, por describirlo de una forma
eufemista, el presidente, Narciso
Lozano, apretó las tuercas al obispo para que explicara la situación real de la construcción. Como es costumbre, se había transferido el 50% de la
financiación, cerca de 25.000 euros, de los cuales, lógicamente, se requería saber
el uso preciso y exacto. No fue una conversación fácil, quizá complicada aún
más por problemas de interculturalidad. Para sorpresa de la delegación viajera
de la Fundación Polaris, tras terminar la discusión, la entrevista terminó más
o menos amablemente, se fue a visitar el sitio donde se estaba construyendo el
dispensario de Dougabougou. Y, héte aquí, que los edificios estaban
prácticamente terminados. De hecho, los albañiles estaban pintando las paredes
y las ventanas. Aparentemente, según contaron los representantes de Cáritas,
faltaban algunos elementos importantes, no contemplados en la financiación de
la Fundación, como el depósito de agua, que, supuestamente, debería financiar
Cáritas Italia.
Pasó todo el año 2012. Más peticiones de información,
de aclaraciones, las cuales no parecían cundir efecto. Por ello, en la reunión
del Patronato de febrero 2013, éste decide dar carpetazo al proyecto, mal que
bien, se había sido testigo de que el dispensario estaba construido, aunque no
en funcionamiento y el 50% restante podía ser destinado a otros proyectos,
liberando esos fondos. Se decide enviar una carta certificada a Monseñor Traoré
para comunicarle la decisión del Patronato.
Fuere la casualidad, la providencia divina, los
hados, la diosa Fortuna, justo el día que la carta certificada espera ser
metida en el buzón, llega, finalmente, la comunicación por parte de Cáritas
Segou de que el proyecto, tres años después, ha sido concluido. ¡Laus Deo,
monseñor Traoré!
Lo que nos lleva, para terminar, a citar otro proverbio
maliense: “Yakuma kun b´a la”, literalmente, “Ahí hay cabeza de gato”. No es un
proverbio propiamente dicho, según nos dicen nuestros amigos los salesianos de
Mali, sino más bien una expresión idiomática. Cuando se alude a una situación
donde hay algo que no está del todo claro, y que puede encerrar misterios
indescifrables. Sería el equivalente a nuestra expresión castellana: ´Hay gato
encerrado´. Lo curioso es que en ambas lenguas hacen alusión al gato. ¿Qué
tendrá el felino, para ser asociado tan
fácilmente con el misterio? Y ya que estamos en ello: ¿qué misterio encerrará
el Sr. Obispo para que un proyecto de tres meses dure tres años?