Bargué,
Kassa, Wakra, Ten, Kono y Kanda son las 5 aldeas, en una remota localización
del País Dogón, en Mali, que, en unos cuatro meses, podrán
contar con una escuela digna para los 208 alumnos matriculados este curso. Y
naturalmente, para los que asistan en los cursos venideros. Lo de remota no es
una metáfora: los vehículos no pueden llegar a la aldea, a la que de todos
modos hay que ir a través de un camino rocoso e impracticable para los
vehículos. Así que el constructor ya nos ha avisado que para los últimos
kilómetros no queda otro medio que transportar el material a lomo de asno o portándolos
sobre las cabezas de los habitantes de la zona. Para complicar aún más el
proyecto, la arena, esencial para la construcción, hay que acarrearla desde 15
kilómetros. Pese a que estamos en una región subsahariana.
El
proyecto, según el modelo desarrollado por la Fundación Polaris World en la
zona, consiste en la construcción de tres aulas en piedra tallada para
reemplazar los cobertizos donde ahora están impartiendo las clases [ÁLBUM FOTOGRÁFICO]. Como el
director no tiene espacio para conservar los documentos de la escuela, se
construirá un pequeño almacén que, al mismo tiempo, hará las funciones de
despacho del director. Finalmente, con la construcción de tres letrinas se
asegura la higiene del entorno y de los alumnos. Un constructor, experimentado
en este tipo de construcción, se encargará de la edificación. Los habitantes de
la aldea aportarán su contribución en especies, bien en mano de obra, bien con
la manutención de los albañiles. Por ello, gracias a la contribución en especie
de la población, el costo total, valorado en unos 40.000 euros, rebajará la
aportación de la Fundación Polaris World hasta los 36.800.
Los
beneficiarios de este proyecto son 208 alumnos inscritos para el curso escolar
2016-2017 que vienen de diferentes aldeas de los alrededores: Kassa, Wakra,
Ten, Kono et Kanda. Los beneficiarios indirectos serán todas las familias y
habitantes del municipio de Muétoumon, donde está enclavada la aldea de Bargué
y, en fin, el conjunto del país.
Bagué
está situado en la meseta de Bandiagara y cuenta con 870 habitantes. Su nombre,
como es tradicional, se describe mediante una leyenda. Esta es la historia de
la fundación de la aldea. Érase una vez un cazador de nombre Ennaï Djaria que,
huyendo de los invasores de aquella época, terminó por llegar a estos parajes,
donde encontró la paz y la tranquilidad. De ahí el nombre de Bagué que significa:
bendición, paz, situación de gracia.
La
pluviometría, como en toda la zona es muy baja. De hecho, a causa de la
carencia de lluvias, la seguridad alimentaria no está garantizada todo el año.
Muchos jóvenes han emigrado a las ciudades. La mayoría de la población es dogón,
aunque también hay algunos pastores “peulh”. En el poblado coexisten
pacíficamente, cristianos, animistas y musulmanes. La economía está basada,
esencialmente, en la agricultura.
Con
este proyecto se mejorarán las condiciones de escolarización de los alumnos y
la mejora de espacios para la impartición de clases, lo que incrementará la
calidad de la enseñanza. Al mismo tiempo se facilitará que la población de Bagué
y de las aldeas vecinas dispongan de una educación de calidad, luchando contra
el éxodo rural, al impulsar que todos los niños y niñas acudir a la escuela. Existe
un comité, conformado por los padres de los alumnos y el director, quienes se
encargan de la gestión escolar. También se han comprometido al mantenimiento de
las instalaciones una vez terminadas. Una vez iniciadas las obras, algo que se prevé
sea en un par de semanas, el plazo de finalización será, aproximadamente de 4
meses.