En la aldea de Wedié, enclavada en una meseta
extremadamente rocosa del País Dogón, en el noroeste de Mali, los 364 alumnos
de la escuela (190 chicos y 174 chicas) asisten a la enseñanza con la
metodología denominada “double-vacation” que puede sonar como algo muy
sofisticado pero que, en realidad, responde a una realidad bien simple: los
locales escolares son insuficientes para tantos alumnos, así que parte del
alumnado viene por la mañana a las aulas y la otra parte por las tardes.
Aunque hablar de locales escolares es, claramente,
un eufemismo, como se puede ver en este [ÁLBUM FOTOGRÁFICO]
donde el aula está construida con unos cuantos postes retorcidos sobre los que
se han montado ramajes y hojas de palma, a modo de anexo, del edificio
principal, éste sí, con un estructura más sólida.
La vida cotidiana en esta meseta rocosa no es fácil.
Con temperaturas extremas, tanto en verano como en invierno, la supervivencia
está marcada por la agricultura desarrollada en pequeñas parcelas (cebollinos,
algunas verduras y algo de mijo) que dependen en su totalidad de las lluvias
que caigan del cielo entre junio y septiembre. El resto del año, como se puede
observar en una de las imágenes, el agua para uso doméstico, en unas
condiciones sanitarias infames, se recoge de una especie de cisterna excavada
en la roca.
No es de extrañar, pues, que Wedié, en la parla
local signifique “locura”. Según las tradiciones orales de la aldea, así fue
como se denominó desde el primer momento el agrupamiento de casas. Al fundador
le tildaron como loco y a su obra de locura, dadas las extremas dificultades
con la que los habitantes se encontraron para subsistir en condiciones tan
extremas. Pese a todo, la aldea prosperó, a fuerza de trabajo y tenacidad. Con
un alto índice de natalidad, los locales escolares se han quedado muy pequeños.
Debería haber 9 aulas pero sólo existen 5, de ahí lo del doble turno escolar.
La aldea pertenece al municipio de Pelou,
perteneciente, a su vez, al distrito de Bandiagara, que actúa como capital
administrativa comarcal. La Fundación Polaris World se ha comprometido a
edificar tres aulas, en piedra local, para respetar las condiciones
medioambientales de la zona, que servirán no sólo para los alumnos de Wedié,
sino también para varias aldeas limítrofes: Yamé, Guinewolo et Kaï.
La asignación presupuestaría para este proyecto, con
mucha probabilidad, el último que lleve a cabo la Fundación Polaris World, será
de algo más de 30.000 euros. Por su parte, como es costumbre en el resto de los
proyectos, unos 60 en Mali, que ha ejecutado la Fundación a lo largo de su
existencia, los lugareños contribuirán en especies. Por un lado, ofreciendo
alojamiento a los albañiles y por otro contribuyendo con material para la
edificación, en este caso, la talla de piedra, que como se puede ver en las
imágenes ya ha comenzado a realizarse por parte de los jóvenes del pueblo.
Se
espera que el proyecto educativo esté finalizado en unos tres meses, con
suerte, antes de que comience la época de las lluvias. De esta manera los
alumnos podrán recibir su enseñanza en unas condiciones dignas, protegidos de
las intemperies. Y sin hacer turnos en la aldea de la locura.