SAALO, en dogón, la lengua de la etnia
mayoritaria maliense que habita el noroeste del país africano significa
solidaridad. Cada denominación geográfica responde, con precisión, a un
acontecimiento, a un evento del pasado. Que responda a una realidad histórica o
sea una mera leyenda es lo de menos. La aldea, perteneciente al municipio de
Baye, fue fundada, según dice la tradición local hace siglos por cazadores y
los primeros habitantes se comprometieron a ser solidarios unos con otros. De
ahí el nombre de la localidad. Situada en la inmensa llanura arenosa, en
realidad el cono de un antiguo volcán, en plena África subsahariana, se
encuentra a unas decenas de kilómetros
de la frontera con Burkina Faso.
En la actualidad cuenta con 1.500 habitantes,
habiendo sufrido una importante despoblación tras la hambruna de 1972. Además
de dogones, en la aldea también viven familias de la etnia “peulh” (pastores
trashumantes) y samo. La supervivencia viene dictada por el clima, dado que viven
de la agricultura –la zona es extremadamente desértica- y del ganado. Alejados
de centros urbanos principales, en época de lluvias el acceso a la aldea se
vuelve intransitable con frecuencia.
Como se puede ver en el [ÁLBUM FOTOGRÁFICO] –imágenes
de la vida cotidiana- las instalaciones para los 275 alumnos de la escuela
local son penosas. En realidad, se trata de cobertizos apañados con material
local. En una de las imágenes, se observa como los pupitres están hechos con
adobes, mientras que el techado está construido con ramaje. Esta situación,
especialmente en las épocas de canícula o de mucho viento propicia que las
condiciones de aprendizaje sean muy complicadas. Por no hablar del escaso, casi
inexistente, material escolar.
La Fundación Polaris World ha decidido
aliviar esta situación con la construcción de tres clases, que en este caso
serán edificadas con cimientos sólidos, bovedillas de aglomerado y techumbre
metálica para resistir los embates del clima. Las tres clases acogerán, además
de a los estudiantes de Saalo, a los de tres aldeas cercanas: Nazaré, Lafièra
et Nassaré.
Desde la Fundación Polaris World se aportarán
30.149 euros, mientras que la población local, siguiendo las pautas de la
Fundación pondrá también su granito de arena, casi literalmente, pues
colaborarán, con trabajos en especie, además de ofrecer alojamiento a los
albañiles desplazados a la zona.
Las autoridades civiles de Saalo han
conformado el Comité Local Escolar que se encargará de coordinar los trabajos
y, no menos importante, de encargarse del mantenimiento una vez que se entregue
la obra en, aproximadamente, unos tres meses. Se trata del proyecto 116 que la
Fundación lleva a cabo, más de una cincuentena en Mali, y para los que ha
donado, desde sus inicios en 2004, algo más de 3.000.000 euros.
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