Hace unos días, nos llegaban noticias
de este proyecto, uno de los tres que la Fundación Polaris World ha iniciado en
el País Dogón, centro de Mali. Al llegar a los 28 metros, los expertos poceros
de la parroquia de Pel, se han encontrado con roca, algo no inusual, puesto que
la zona se asienta en una región que hace miles de años constituía el cráter de
un gigantesco volcán.
Según nos comunica el párroco de Pel, responsable
de que el proyecto llegue a buen puerto, León Douyon: el 4 de marzo comenzaron
las obras, tras una ceremonia tradicional, donde se combinaron varios ritos
ancestrales dirigidos por el jefe espiritual de la aldea, el responsable
administrativo y el propio pocero, como se puede observar en las imágenes que
nos han enviado. “El agua es la fuente de la vida, del desarrollo y de la salud
para toda la población”, afirma el padre Leon.
De momento, la excavación se ha
paralizado hasta disponer de cartuchos de dinamita con los que continuar la
obra. Dada la situación extremadamente volátil de la zona -el frente de guerra
se encuentra unos centenares de kilómetros al norte- la disponibilidad y el
transporte del material explosivo requiere de muchas precauciones e infinidad
de controles. Paradojas de la situación, durante el tiempo en el que se han
ejecutado las obras, a fin de compactar el hormigón para el anillado del pozo,
los habitantes han tenido que desplazarse una decena de kilómetros…para buscar
el agua con el que construir el pozo.
Se espera que en unas semanas, antes
de que comience la época de las lluvias a mediados de junio, con la ayuda de la
dinamita y un comprensor, continúen los trabajos del pozo de Senguebengou. El proyecto financiado por la
Fundación Polaris World, con un coste de 9.400 euros, más unos 1.500 euros
aportados por los habitantes del pueblo, servirá a una población aproximada de
3.500 personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario