sábado, 4 de enero de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: CENTRO DE APOYO (RESIDENCIA) PARA ESTUDIANTES EN ENFERMERÍA EN KINSHASA, R.D. CONGO (3)

El Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería (CAEN) surgió para dar respuesta a las graves carencias sanitarias de un barrio en las afueras de Kinshasa, la capital congoleña, a través de la construcción de una residencia para las estudiantes de enfermería, de 1.600 m2, con un número de habitaciones de dos personas para acoger a 50 estudiantes de este campo, alumnas de la vecina Escuela de Enfermería ISSI. El proyecto, cuyo coste total era de unos 800.000 euros, estaba liderado por la ONG SYAD (Servicios y Actividades Divulgativas), con sede en Murcia. En el mismo participaban entre otras entidades, el Ayuntamiento de Madrid, el de Murcia, la Región Lombardía, el Gobierno Foral de Navarra. Aunque la solicitud de ayuda a la Fundación Polaris World se acercaba a los 100.000 euros, al final el Patronato decidió otorgar 22.080 euros.

Aparte de la residencia, las instalaciones estarían dotadas de otras infraestructuras para permitir alojamiento de 45 alumnas y 5 profesoras de la adjunta Escuela de Enfermería ISSI. Un 30% de las plazas se reservaban para estudiantes del interior del país. Asimismo, permitiría la formación técnica de 200 estudiantes de enfermería y reciclaje de 500 enfermeros de hospitales y dispensarios de salud de Kinshasa cada año, gracias a las actividades de formación continua.

El foco de la mejora de la situación sanitaria, propiciado por la Escuela de Enfermería afectaba a la población en un radio de 3 km alrededor del hospital de referencia Monkole, que recibiría atención médica y educación sanitaria impartida por las residentes del Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería: unos 60.000 habitantes de los barrios de Mama Yemo, Masanga Mbila, Ngansele, Kindele, Mazamba y Ngafani.

El Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería, se situaba en un terreno o solar junto a la Escuela de Enfermería ISSI y al Centro Médico Monkole, en la Avenida Ngafani 4804, de fácil acceso, en la zona suburbial de «Mont-Ngafula I» (180.000 habitantes) y situado a 30 km del centro de Kinshasa, capital de la República Democrática de Congo. Unas 60.000 personas, mayoritariamente niños, que constituían la población en un radio de 3 Km. del Centro de Apoyo, recibirían atención y educación sanitaria impartidas por las beneficiarias directas del CAEN.

Los estudiantes de la Escuela provenían de medios sociales diferentes. Para extender su radio de acción a todas las regiones de la República Democrática del Congo, se reservaban cada año hasta un 30% de las 150 plazas disponibles de la Escuela para jóvenes del interior del país, adonde vuelven al finalizar sus estudios. Desgraciadamente, al llegar a Kinshasa, estos jóvenes tenían que enfrentarse a los graves problemas de alojamiento. Con el Centro de Apoyo para Estudiantes de Enfermería un mayor número de estudiantes con dificultades de alojamiento tenían posibilidad de acceder a la profesión de enfermera. Se complementaría también la formación de estas estudiantes y de otras, así como de enfermeros en el ejercicio de su profesión, gracias a los locales e instalaciones previstos para ello en el proyecto.

Además, el CAEN estaba concebido como catalizador de la sensibilización de las beneficiarias cara a las necesidades de la población más desfavorecida. Así ya desde la vida estudiantil podrían colaborar en la solución de problemas reales de un sector tan deteriorado como es el de la salud.

El desarrollo sanitario que se pretendía conseguir con el proyecto siempre beneficiaría directa e indirectamente a la población de Kinshasa y de las zonas del interior del país donde las diplomadas de la escuela de enfermería ISSI podrían trabajar. En cuanto al estatus social y económico de las estudiantes con dificultad de alojamiento que residirían en el Centro de Apoyo, se quería dar prioridad a las capacidades y méritos que demostrasen, y nada más. Sin embargo, se reservarían cada año hasta un 30% de las plazas disponibles para jóvenes del interior del país. Todas deberían pagar alguna mínima pensión. Todas podrían recibir becas, a través de Cecfor (la entidad gestionaría de las instalaciones), y se les formaría en su responsabilidad para aprovecharlas al máximo. Todas podían realizar también trabajos remunerados que prestaran en el campo médico-sanitario a la población de los barrios circundantes.

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En 2014, la Fundación Polaris World cumple 10 años. Con tal motivo, hemos iniciado una serie histórica con los 106 proyectos llevados a cabo

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