En una entrada
anterior nos hacíamos eco del comienzo de las obras de la Escuela de
Indelou, en Mali, en pleno país dogón. En medio de las actuales dificultades -unas
centenas de kilómetros más al norte, el ejército francés y militares de otros
países vecinos están en alerta permanente, ocasionalmente en combate- por las
que atraviesa la zona, el modesto turismo existente hasta hace un par de años
ha desaparecido casi por completo, la construcción de la escuela en esta remota
aldea era, además de un necesario centro de formación, un faro de esperanza.
Afortunadamente,
las obras se están ejecutando en tiempo y el proyecto avanza
a buen ritmo y cuenta con la necesaria cooperación de las autoridades
locales y de los habitantes del lugar. El coste total del proyecto se sitúa en
los 42.036 euros, de los cuales, los habitantes, principalmente en especies,
pondrán 3.395 €. También el ayuntamiento de Cartagena, a través de su programa
de cooperación y ayuda al desarrollo aportará, muy generosamente, la cantidad
de 6.464 euros. Por consiguiente, la financiación comprometida, el resto, por la Fundación Polaris World será de 32.177
euros.
Los
trabajos de construcción de la Escuela de Indelou se iniciaron el 21 de julio
de 2014, con la ceremonia de la primera piedra, en presencia de los dignatarios
de los alrededores, el constructor y los representantes municipales del
Ayuntamiento de Dourou, al cual pertenece la aldea de Indelou.
En los
diferentes discursos pronunciados para la ocasión, se manifestó ampliamente el
agradecimiento, por un lado, hacia la Fundación Polaris World, y por el otro a
los diferentes patronos y benefactores que apoyan a la Fundación.
Al mismo
tiempo, se pronunció, por parte de los asistentes, los mejores deseos para el
buen desarrollo de la obra, de ofrecieron las bendiciones oportunas y las
exhortaciones adecuadas para que todo el proyecto llegue a buen puerto.
En este
sentido, los habitantes de Indelou han reafirmado su compromiso y determinación
para que se cumplan los objetivos marcados de inicio. Hasta el momento, ese
compromiso por parte de los aldeanos se ha mantenido inquebrantable. Los
jóvenes de Indelou se han organizado para llevar a cabo la talla de la piedra
empleada en la construcción. Por su parte, las mujeres cumplen su desempeño a
fin de acarrear el agua necesaria para la edificación.
Los dos
albañiles especializados en la construcción no han encontrado mayores
dificultades para avanzar en la construcción. Los trabajos de carpintería y
recubrimiento del techo comenzarán el 29 de septiembre. En resumen, todo se
desarrolla con la más absoluta normalidad. En noviembre, las nuevas clases
estarán disponibles para los alumnos.
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