sábado, 7 de febrero de 2015

“AYUDÉMONOS Y DEJEMOS DE LADO AQUELLO QUE NO SEA ÚTIL PARA TODOS”

La escuela de Koundogou en la actualidad
Este es el nombre, aunque pueda parecer un poco largo para denominar una aldea, de apenas 800 habitantes, en una remota altiplanicie del país dogón, en Mali. Pero eso es, aproximadamente, la traducción de Koundogou, el pueblo donde la Fundación Polaris World ha comenzado su último proyecto, el número 109, una escuela para los niños de la aldea y de los chavales de aldeas limítrofes.

El proyecto comenzado hace unas semanas (aquí puedes ver imágenes del progreso de la obra) consiste en la construcción de 3 clases en material sólido (piedra local y cemento) para reemplazar los 3 cobertizos que sirven de aulas en la actualidad. Asimismo, se construirá un pequeño local que hará las veces de despacho del director, lo que le permitirá tener un lugar de trabajo digno, el cual servirá además para guardar material escolar, los archivos de la escuela y otra documentación pertinente. Finalmente, el proyecto contempla la construcción de 3 letrinas adosadas, indispensables para la higiene del entorno. De la obra se encargará un equipo de albañiles cualificado, mientras que los aldeanos contribuirán con trabajos en especie, principalmente mano de obra no cualificada.

Los beneficiarios directos serán los niños de las siguientes aldeas: Koundougou, Binou, Binou Toba, Sindomonongou, Mobonongou, Lougourougoumè et Guirokomè. Los beneficiarios indirectos los de la zona rural del municipio de Soroly y, a largo plazo, el sistema educativo de todo el país.

La construcción de las tres aulas y las dependencias anejas (letrinas y almacén/despacho director) permitirá que tengan, los 120 alumnos actuales, un lugar digno para recibir las clases. Esto mejorará el rendimiento escolar y todos los niños de la aldea podrán ser escolarizados en las instalaciones. En la actualidad, muchos alumnos tienen que desplazarse, a causa de los locales inadecuados, hasta Bandiagara, Kokolo, Bendiely. Todos estarán protegidos contra las intemperies de las estaciones, el excesivo calor en verano, el frío y viento en otras épocas del año.

La aldea de Koundogou, un pueblo de la etnia dogón, aunque hay una minoría de “peulh”, los pastores trashumantes, se localiza en la altiplanicie de Bandiagara, en el municipio de Soroly, en el centro de Mali, no muy alejada de la frontera con Burkina Faso. La población aproximada es de 800 habitantes. El actual jefe de la aldea es Oumar Tapily, que se encarga de resolver las disputas relacionadas con los usos y las costumbres locales, las rencillas entre familias, etc. En lo que concierne la parte administrativa, pertenece al municipio de Ouroly que tiene un alcalde elegido democráticamente.

Exterior de la escuela actual  de Koundogou
A los habitantes de Koundogou se les considera valientes para el trabajo y muy sinceros. Eso se debe, según la tradición local, al primer jefe de la aldea, llamado Saidou, que era un hombre muy trabajador y valiente. La población vive en armonía, sin dificultades mayores entre los habitantes, dada la buena cohesión social existente. La religión dominante es la musulmana, aunque también hay cristianos y otros que practican el animismo local (religión de los antepasados). El tótem de los habitantes de Koundougou es beber en el mismo recipiente que bebe un caballo.

Una agricultura de subsistencia, basada esencialmente en el cultivo del mijo, es la principal fuente de alimentación. En la aldea de Koundogou hay buenos especialistas en la medicina tradicional que pueden curar adecuadamente: el paludismo, las anginas, inflamaciones de las glándulas al nivel del cuello y el “mal viento”.

Existe un comité de gestión escolar que vela sobre la buena marcha de la escuela en todos sus aspectos: la buena marcha del establecimiento y la limpieza. En cuanto al mantenimiento de las instalaciones, reparaciones, obras de albañilería conciernen a  otro comité, el que organiza a los habitantes para la huebra.

El costo total del proyecto es de 40.950 euros, de los cuales la Fundación Polaris World aportará 38.641, mientras que el resto será financiado por la población local en especies, principalmente, corte de la piedra, acarreo de materiales y alojamiento y manutención de los obreros. Las tres aulas costarán 31.885 €, el bloque con las tres letrinas 3.704 €, mientras que el despacho/almacén para el director 5.361 €. La finalización de las obras se prevé para para antes de finales de abril.



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