Hace muchos, muchos años, un campesino dogón caminaba por la meseta áspera y
desértica de Bandiagara, en Mali, no muy lejos de lo que hoy es la frontera de Burkina
Faso. El buen hombre recorría aquellos parajes rocosos e inhóspitos esperando
encontrar una tierra mínimamente fértil que cultivar. Al llegar al sitio que
hoy ocupa la aldea de la que hablamos consideró que era el lugar ideal para
asentarse y decidió llamarla Eguela. En efecto, apreció aquella tierra como si
fuera una esposa, alguien con la que vivir para siempre. Un lugar ideal para
amarlo. Como un novio que quiere vivir siempre al
lado de su amada. Para siempre. De hecho, en dogón, la lengua local, Eguela significa:
“me caso con esta tierra y aquí viviré para siempre”. Entre los dogones, la
naturaleza desempeña un aspecto esencial de la cosmogonía y del sentido de la
vida. Es considerada como una esposa a la que hay que proteger, ser fiel y
cuidar. Como es tradicional en esta zona de África, los nombres siempre llevan
consigo una tradición oral que puede rastrearse hasta la fundación, en tiempos
remotos, de la propia aldea.
Grandes aficionados a las tradiciones orales, así
es como cuentan los dogones de Eguela el origen de su pueblo. Es aquí donde la
Fundación Polaris World comenzará, en los días venideros, su próximo proyecto. Similar
a los que la Fundación Polaris World ha llevado a cabo últimamente en la misma
zona.
Consiste en la construcción de tres aulas que
reemplazarán los cobertizos (imágenes de la escuela actual en este enlace) donde los alumnos reciben actualmente
clase. También se construirá una pequeña oficina para el director, local que,
al mismo tiempo, servirá para guardar un material precioso para los estudiantes:
libros y material escolar que se van heredando de curso en curso. Para
completar las instalaciones, se contará con bloque de tres letrinas,
indispensables para la higiene y mejora de las condiciones sanitarias de los
numerosos alumnos. A fin de abaratar los costes de la construcción, los
habitantes del lugar aportarán su mano de obra en tareas no especializadas,
además de ofrecer alojamiento y manutención, siguiendo la tradición local a la
cuadrilla de albañiles.
Todas las paredes exteriores de los tres edificios
estarán revestidas de la piedra local, blanca y ocre, que será tallada, en
parte, por los propios lugareños. Situada en la altiplanicie de Bandiagara, uno
de los requisitos exigidos al constructor es que conserve el medio ambiente y
el entorno paisajístico de la comarca usando material extraído en la zona, de
modo que las nuevas instalaciones no desentonen de las tradicionales construcciones
rurales, todas en piedra tallada.
Los beneficiarios directos del proyecto serán los
416 alumnos matriculados para el curso escolar que acaba de comenzar. Además de
Enguela, muchos alumnos provienen de las aldeas vecinas como Komidolen et Wendjinkoro, Sansogou, Erinbo, Koroubo, Amanambo Komo,
Bodio, Parou, Goren Grensogou, Dimeye Simikanda, Mounambomdo. Sólamente
el pueblo de Eguela cuenta con 2.300 habitantes.
Eguela,
junto con otras 23 aldeas, conforman el municipio rural de Bara-Sara. La
pluviometría anual se sitúa en torno a los 400 mm. El problema es que durante la
estación seca, de entre 8-9 meses, no cae ni una sola gota de agua, por lo que la
estación lluviosa, tres meses a partir de junio, tiene que ser aprovechada al máximo
para la siembra del mijo, el alimento principal. Con todo y con eso, debido a
la extrema sequedad, el suministro alimentario a lo largo del año no está
asegurado. Aunque la mayoría de los habitantes son de etnia dogón, también viven
la región algunas familias peulh (pastores trashumantes). En cuanto a la religión,
hay una mayoría de animistas, algunos musulmanes y ciertos cristianos, sin que
haya ningún problema de convivencia.
La
escuela permitirá, de manera muy directa, mejorar la calidad de la enseñanza y
evitar la emigración de los jóvenes, bien hacia las ciudades más grandes, o lo
que es peor, embarcarse en travesías peligrosas e interminables hasta Europa.
Una vez construida la escuela, el Comité Escolar,
compuesto por el director y algunos padres de alumnos se ha comprometido a
mantener en las mejores condiciones posibles las instalaciones. El coste total
del proyecto se sitúa en torno a los 40.000 euros. No obstante, con la aportación
en huebra de los habitantes del lugar el costo final se rebajará hasta los
36.800 euros, cantidad que aportará en su totalidad la Fundación Polaris World.
Se prevé que la construcción, que comenzará en unos días, una vez acarreado
parte del material, tardará unos cuatro meses en finalizarse.
Puedes colaborar a la construcción de la Escuela de
Eguela adquiriendo un décimo de la Lotería de Navidad por valor de 25 euros.
Puedes consultar los
detalles aquí.
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