Durante los últimos días los
medios de comunicación han difundido por activa y pasiva las dificultades por
las que está pasando el pueblo de Mali, inmerso, desgraciadamente, en una
guerra cuyas consecuencias están por ver. El periódico La Verdad de Murcia nos
contactó, como a nuestros amigos de "Amigos de Mali", para saber en qué situación se encontraban los proyectos que la
Fundación ha desarrollado en el país durante los últimos años. Afortunadamente,
dentro de la pésima situación del país, los proyectos que la Fundación ha
ejecutado durante los últimos años no han sufrido especial deterioro. Más que
nada por encontrarse en zonas rurales y muy aisladas, sin ningún valor
estratégico para los combatientes de uno u otro bando.
Con la excepción, que no es
pequeña, de la Escuela Maternal de Gao, que ya en la primavera pasada había
sido arrasada por islamistas fanáticos. Dentro de la desgracia de los
desperfectos materiales, que más tarde o más pronto podrán recuperarse, el
problema es que las monjas españolas que regentaban la escuela tuvieron que
huir a toda prisa para salvar su vida. Los niños, cuyo único lugar para el
aprendizaje de las materias básicas, como la lectura y la escritura, era las
modestas instalaciones de las hermanas, quedaron desamparados.
Asimismo, teníamos previsto
enviar, a principios de 2013, un contenedor con diverso material entregado por
amigos y simpatizantes, en el cual estaba previsto cargar material informático
de nuestros amigos de la ONG sevillana, Red Integral Solidaria, con el
propósito de crear un aula informática en la ciudad de Bandiagara. Por
precaución y ante las dificultades existentes, la Fundación ha preferido
aplazar, temporalmente, el envío hasta que la situación se estabilice y se
tenga, una cierta seguridad, de que la mercancía llegue a su destino. Otros
proyectos como los pozos de supervivencia en Toyi y Okana, o el Centro de Salud
Comunitaria de Golombo, o la Escuela Infantil de Nacombo, todos en territorio
dogón, parte del cual está en la zona conflictiva, siguen su curso, sin que
nuestros interlocutores hayan encontrado dificultades especiales. De hecho,
hace unos días se terminó el proyecto del pozo de supervivencia en Erssadja.
La Fundación Polaris World
ha trabajado en Mali desde el inicio de sus actividades en 2004, habiendo
concentrado e intensificado sus actuaciones en el país durante los últimos tres
años, de modo especial en el país Dogón, en pleno Sahara, lindando con la
frontera de Burkina Faso. En total, los proyectos ejecutados o en fase de
ejecución han sido 42, quedando sólo, de momento, 4 por terminar (finalizarán
previsiblemente antes del verano). Para estos 42 proyectos la Fundación Polaris
World ha donado 1.120.915,03 euros.
Como uno de los requisitos
de la Fundación a la hora de financiar un proyecto es que los beneficiarios
pongan algo de su parte, cifra que varía notablemente según las circunstancias,
la inversión total para todos los proyectos (incluyendo la financiación
otorgada por la Fundación) supera los 2 millones de euros. En cuanto al número
de beneficiarios, una cifra bastante complicada de aquilatar, según los
cálculos de la propia Fundación Polaris, se sitúa en torno a las 200.000
personas. Por lo que concierne a la segmentación de los proyectos, considerando
los objetivos de la Fundación, cabe señalar que de los 42 proyectos llevados a
cabo, o en fase de finalización, 8 corresponden a escuelas infantiles en el
ámbito rural, 12 actuaciones han sido en el área de sanidad, mayormente centros
de salud comunitaria, para ayudas a la igualdad de la mujer se han asignado 4
proyectos, mientras que la parte más amplia ha sido para la gestión del agua,
18 actuaciones, en su mayoría pozos de supervivencia.
Estas cantidades, pueden
parecer insignificantes, sobre todo si se considera la magnitud de las
necesidades. En todo caso, el agradecimiento de los beneficiarios es
inconmensurable, como manifiestan en cuanto tienen ocasión de hacerlo y aunque
desde la distancia resulta complicado apreciar el valor y la eficacia de los
proyectos ejecutados, dos aspectos han sido siempre tenidos en cuenta por el
Patronato para sus actuaciones en Mali. En primer lugar, que cada euro recibido
de nuestros socios y amigos se destine directa y exclusivamente a los proyectos
(algo que es posible en gran parte por el apoyo logístico que siempre nos ha
prestado Polaris World). En segundo lugar que, cualesquiera sea la cantidad,
pequeña o grande que se ha destinado a los 42 proyectos, sirvan para las
necesidades más elementales, esto es, para salvar vidas. Ni más, ni menos.
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