martes, 19 de febrero de 2013

EL POZO ALDABA DE OKANA (MALI) BENDECIDO CON SIETE METROS DE AGUA


Que Dios Todopoderoso bendiga a los amigos de la Fundación Polaris World”, tiene todas las trazas de ser una bendición musulmana, bien que nos la haya remitido el padre Leon Douyon, el párroco de Pel, en el país dogón de Mali, donde el Pozo Aldaba, esto es bien español, puesto que es el nombre elegido por los benefactores y amigos de Cartagena, quienes lo han financiado en su totalidad. Que la bendición, musulmano cristiana sea, sobre todo, para ellos.

El proyecto que arrancaba el seis de diciembre, llegaba a buen puerto el pasado 6 de febrero. Dos meses exactos, durante los que se ha excavado, estamos en plena llanura arenosa subsahariana, hasta 45 metros. Al encontrar la capa freática relativamente pronto, el pozo, incluso en esta época en la que ya empieza a apretar la sequía, hasta que llueva a principios de verano, dispone de 7 metros de agua: un auténtico lujo. Más aún si se considera que tras el hundimiento del pozo tradicional, hace unos meses, carente de cualquier estructura de anillado en hormigón, los habitantes, principalmente mujeres y niños, tenían que desplazarse una decena de kilómetros hasta las aldeas vecinas, para encontrar el agua.

No es de extrañar, pues, el inenarrable gozo que han mostrado los 2.600 habitantes del pueblo de “La Nueva Luna”, tal es el significado de Okana en la parla nativa, al encontrar agua, tan pronto y en abundancia. Durante los trabajos que han costado 11.947 euros, aportados en su totalidad por los amigos cartageneros, los aldeanos han colaborado, como es tradicional, alojando al equipo de poceros, ofreciéndoles la comida y acarreando arena –aún en pleno desierto la arena hay que traerla de determinados sitios donde posee mayor calidad para la construcción- para que el pozo tenga, como se ve en las imágenes, un brocal de protección. De esta manera, las inmundicias de los animales, a quienes de todos modos se les reserva un pequeño aljibe, en caso de excedentes, no terminen por caer en el mismo pozo, con los problemas sanitarios que eso produce. Ironías del destino, para amasar el cemento se han visto obligados a buscar el agua a unos 8 kilómetros, en una aldea vecina.Aldaba, un bonito nombre desarrollado, de principio a fin, bajo el signo de la generosidad y la colaboración, como muestra la colección de imágenes, a través de las cuales, puedes seguir esta historia.


No hay comentarios: