sábado, 22 de febrero de 2014

FUNDACIÓN POLARIS WORLD 2004-2014: COMPRA, PUESTA EN MARCHA Y ASISTENCIA TÉCNICA PARA DOS MOTOBOMBAS EN MOPTI, MALI (7)

Este proyecto fue puesto en marcha con la ONG “AVD DELTA” y en él colaboraban, además de Manos Unidas, el socio local denominado Association des Volontaires pour le Développement du Delta du Niger.  Tenía como objetivo proporcionar agua de riego para los arrozales de una par de aldeas situadas, al otro lado del río, en las cercanías de Mopti (centro de Mali); asimismo incluía la formación de cuatro jóvenes en la tarea de mantener las motobombas. Por la parte en la que más concernida estaba la Fundación Polaris World –era el proyecto número 7 y el segundo en Mali, durante el primer año de la Fundación- se centraba en la compra de 2 motobombas de gran potencia para extraer el agua del Níger, dado que la ribera tenía una gran altitud y los terrenos a irrigar eran muy amplios. Para el proyecto, la Fundación Polaris World aportó 35.940 euros.
El proyecto tenía el carácter de piloto a fin de probar si existía una solución sólida y duradera a un problema de gestión del agua muy complejo, donde se mezclaban intereses políticos, comarcales e incluso religiosos. Las aldeas en las que se quería realizar la prueba, llamadas Koubi y Komio, estaban situadas en los aledaños o sobre la ribera del caudaloso Níger. Es decir, que el problema no era la falta de agua, sino extraerlo, siendo la única forma de hacerlo mediante poderososas motobombas, cuyo coste resultaba prohibitivo para los lugareños.
El segundo problema y, no menos importante, era el mantenimiento de las motobombas que requerían mecánicos especializados, habiéndose dado el caso en los meses precedentes, de que al norte de la zona del Lago Debo (el norte de Mopti), un gran número de motobombas averiadas (entre el 30 y 50 %) habían impedido (o retrasaron) el comienzo de numerosas campañas de riego (julio de 2004) sobre más del 40 % de las zonas de cultivo existentes.
En muchas aldeas algunas motobombas llevaban funcionando desde hacía más de 5 años, gastadas u objeto de revisiones complicadas o de varias reparaciones difíciles que conllevaban gastos importantes, sin garantía duradera. Gran parte de las asociaciones de arroceros que compartían el uso de una motobomba habían gastado la totalidad de sus reservas financieras para intentar remediar estas averías y no tenáin fondos suficientes para afrontar a la vez la renovación de sus motobombas y empezar nuevas campañas de cultivo de arroz. A veces ni para pagar el gasoil necesario para arrancarlas.

El embrollo se complicaba, según afirmaba Roman Imboden, el responsable suizo del proyecto, además de por la falta de liquidez, por la carencia de mecánicos debidamente formados. Incluso existían sospechas de que en ocasiones los propios mecánicos no reparaban los sistemas adecuadamente, incluso propiciaban su rotura, para que se les llamara de nuevo. Mientras que por otro lado, a veces, los mecánicos no cobraban sus salarios en tiempo y forma, si es que llegaban a cobrarlos.

El propósito de la ONG AVD Delta era que en el taller que estaba en funcionamiento se formaran adecuadamente los mecánicos, apoyándose en los alumnos de formación profesional de los salesianos de Bamako, en la capital, ya que no pocos eran de la zona. La formación de los mecánicos, se comenzó con dos, se complementaba con la búsqueda de acuerdos con las cooperativas de arroceros de las aldeas, de forma que entre los mecánicos y los propios agricultores se creara un clima de confianza y responsabilidad para que ambas partes se sintieran implicados en la responsabilidad del mantenimiento de las motobombas. El punto final, si todo salía bien, era confiarle la motobomba a un mecánico (prestatario contratado) residente en el pueblo afectado, pagado por los agricultores. Ésto aseguraba el abastecimiento de agua para toda la zona de cultivo, de forma que los arroceros podían entonces dedicarse íntegramente a la agricultura.

Por otro lado, el taller de la ONG en Mopti podía prestar servicio técnico a los prestatarios del servicio (los mecánicos formados previamente) en los casos donde las piezas –se planteaban incluso la adaptación de las motobombas, incluso fabricación, a las duras condiciones climáticas de la zona- tuvieran que ser renovadas completamente.

En el año 2009, durante una entrevista de miembros de la Fundación con Roman Imboden, quien seguía trabajando en el proyecto y gestionando el taller de reparación y recambios en Mopti, éste manifestó su gran frustración porque el proyecto, muy complejo en la organización y gestión del mismo, aunque había funcionado relativamente bien al principio, no pudo ser implantado en su totalidad, o al menos no llegó a realizarse tal como estaba previsto.

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En 2014, la Fundación Polaris World cumple 10 años. Con tal motivo, hemos iniciado una serie histórica con los 106 proyectos llevados a cabo

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