Cáritas Mopti, perteneciente a la diócesis que ocupa el centro de Mali, ha dado por
finalizado, con éxito, el triple proyecto (tres pozos de supervivencia en
Iweré, Ganssogou y Tina) localizado en pleno desierto del Sáhara maliense, en
una zona muy inhóspita de la llanura dogón, conocida así por el nombre de la
etnia que habita la zona.
Los tres
pueblos, con una población de unos 1.300 habitantes cada uno, tenían una
necesidad, literalmente vital, de agua. Que por lo demás no se encontraba muy
lejos, dado que la capa freática se encuentra en torno a los 60 metros . Pero por
carencia de medios técnicos y financieros, el agua es como si no existiera. Se
daba el caso, como en Tina, donde el acceso al agua hubiera sido posible si la
bomba, estropeada desde hacía años, se hubiera puesto en funcionamiento.
De este modo, los objetivos específicos de este
triple proyecto, facilitar el acceso al agua potable, complementado con una
mínima formación sobre higiene y el buen uso de tan escaso recurso como es el
agua, Cáritas los considera sobradamente cumplidos. De hecho, en cada una de
las tres aldeas, se ha conformado un Comité de Gestión que se encarga del
mantenimiento de las infraestructuras y del buen uso de las mismas.
Tanto las actividades de formación, como la
excavación del propio pozo, con un énfasis especial en la construcción del
brocal y un anillado en hormigón armado para que la arena no termine por
cubrirlo, ha sido llevado a cabo por un equipo especializado en tales
menesteres de la parroquia católica de Pel, a la que pertenecen los tres
pueblos que, por lo demás, son de mayoría musulmana.
Durante el tiempo que ha durado la excavación,
realizada de forma sucesiva, un grupo de una quincena de habitantes de los poblados
han prestado su mano de obra para abaratar los costos, mientras que las mujeres
aportaban agua y alimentos para los trabajadores. Para animar a éstos en su
ardua tarea, ocasionalmente se organizaban danzas tradicionales con el tam-tam.
De hecho, varios miembros de la Fundación Polaris que
visitaron el pozo de Iweré el pasado diciembre, cuando aún no estaba
construcción tuvieron ocasión de celebrar con los habitantes de la aldea la
alegría que significaba tener un acceso fácil al agua, en lugar de tener que
buscarlos en las aldeas vecinas recorriendo, a veces, decenas de kilómetros.
Según Cáritas, las mujeres, las más beneficiadas por
la construcción de los tres pozos han mostrado una implicación especial en la
gestión de los Comités de Gestión. Como nota adicional, pero no menos
importante, gracias al fácil acceso al agua han podido elaborar volúmenes
importantes de compostaje que han resultado muy beneficiosas para los cultivos.
La Fundación Polaris ha aportado algo más de 30.000
euros para la excavación de los tres pozos, unos 10.000 euros para cada uno,
mientras que los propios vecinos han colaborado con 1.500 euros, mayormente, en
especies con su colaboración en tareas de apoyo a los poceros.
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