Quizá haya tardado algo más de lo previsto pero,
finalmente, la rehabilitación del Centro de Salud de Barapireli, en plena
llanura del país dogón ha sido concluida con éxito la semana pasada. La reforma
se hacía necesaria por dos razones principales, su antigüedad, que con el paso
de los años le habían convertido en vetusto y, en segundo lugar, la acuciante
necesidad de ampliación para servir a una comarca donde el índice de natalidad
es extremadamente alto.
El proyecto, aprobado por el patronato de la
Fundación Polaris World a principios de 2011, requería fondos, según la entidad
solicitante, la parroquia católica de Barapireli, por encima de los 30.000 euros.
Finalmente, se acordó financiar el proyecto con 11.835 euros restringiendo la
ayuda a las reformas más urgentes y elementales. Durante la visita de los miembros de la Fundación a las instalaciones, en diciembre del año pasado, se
pudo observar que la petición de ayuda estaba bien fundada. Incluso se debatió
la idea de si no hubiera sido mejor tirarlo por completo y edificarlo de
principio a fin. La decisión final, que ahora ha llegado a buen puerto, fue reconfirmar
la inicial: ampliación de las instalaciones y un remozado completo de pintura,
limpieza e higienización de la parte más antigua. Como se puede ver claramente
por las imágenes recién llegadas, el color intensamente azul cielo, con el que se ha repintado el antiguo color ocre, muestra
claramente el calado de la reforma y de las nuevas instalaciones.
El Centro de Salud, construido poco después de 1958, será,
de esta manera, mucho más funcional, además de cumplir con las normas que el
ministerio de Salud maliense había requerido para seguir prestando su apoyo
financiero. Entre otros aspectos mejorados, se pueden señalar: renovación de la
sala de espera, renovación completa de pintura, electricidad, sanitarios,
techo, puertas y ventanas. Se ha aprovechado la ocasión para ampliar la
maternidad, cambiar el techo de la farmacopea para aislarlo mejor, una
rehabilitación completa de las salas de los enfermos (pintura, puertas,
ventanas, techos). Finalmente se ha rehabilitado la fosa séptica y arreglado la
cisterna de agua
El Centro de Salud Comunitario, aún en sus
condiciones poco adecuadas, ofrece cobertura a una población que se extiende
sobre una superficie de 8.150 km2, aproximadamente la extensión de toda la
provincia de Almería. La mayor parte de la población, en torno al 90%, está
constituida por agricultores, el resto son pastores. El poder adquisitivo es de
mera supervivencia a través de mijo, alguna pequeña verdura y poco más.
El contexto social y político enfatiza la necesidad
de mejorar la salud de los habitantes, en sus aspectos más básicos, sobre todo
para las franjas más frágiles de la población: las mujeres y los niños, si bien
los recursos para tales objetivos son, en la práctica, inexistentes.
Con la reforma y la ampliación el Centro de Salud
Comunitario se reforzará la lucha contra el paludismo, una de las enfermedades
más extendidas, y la mortalidad infantil. Al mismo tiempo, permitirá una mejor
prevención, formación y eventuales análisis en la lucha contra el SIDA. El
Centro, que se apoya en la parroquia para una mejor gestión, funciona con sus
propios recursos: a través de modestos pagos por las consultas, venta de
productos farmacéuticos y algunas donaciones del exterior. La rehabilitación
del Centro de Salud permitirá su continuidad durante otros cuantos años. Casi
sesenta años después falta hacía.
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