lunes, 22 de marzo de 2010

TABITONGO CELEBRA QUE YA TIENE MATERNIDAD Y POZO DE SUBSISTENCIA


Cinco horas de danzas, bailes y cánticos, un generoso almuerzo regado con cerveza de mijo, discursos de una decena de autoridades y el enorme jolgorio de los 1.500 habitantes de Tabitongo, norte de Mali, y las aldeas vecinas, constituyeron la alborozada celebración que sirvió de inauguración a la maternidad-dispensario y al pozo, denominado “El Señor de los Milagros”, el pasado mes de febrero en esta remota región del Africa subsahariana.

La fiesta tenía razones bien fundadas. Gracias a la financiación de la Fundación (43.000 euros) se ha construido un modesto pero sólido edificio, recubierto con la piedra del país, que servirá de maternidad y dispensario para la población local, población que hasta ahora tenía que desplazarse a través de una senda empedrada e infame con los enfermos llevados a hombros o en carruajes, hasta el centro de salud más cercano, localizado en Sanga, a una quincena de kilómetros. Ante estas condiciones indescriptibles, las madres preferían dar a luz en sus casas, en un marco sanitario nada higiénico y expuestas a numerosas complicaciones post parto.

El pozo, financiado en su totalidad (19.000 euros) a través de la generosa contribución de un murciano, tiene unos 35 metros de profundidad, una buena parte de la excavación se ha realizado en condiciones muy duras, debido al terreno rocoso. A partir de los 20 metros comenzó a brotar agua por lo que el nombre de “Señor de los Milagros” con el que el donante pidió que se denominara –en honor al Cristo de un santuario colombiano del cual es muy devoto- no podía ser mejor elegido. De esta forma, los niños y mujeres ya no tendrán que desplazarse 14 kilómetros a la búsqueda de agua. Tarea especialmente penosa, no sólo por la distancia, sino porque además impide a los niños acudir a la escuela. Para la buena gestión y mantenimiento de la maternidad, la población local ha decidido asociarse a un organismo provincial, que en conjunción con otros centros de salud llevan a cabo una rotación del escaso personal sanitario existente para que ofrezcan un servicio mínimo desplazándose entre unos y otros. Asimismo, los usuarios del dispensario, según sus posibilidades deberán contribuir con una modesta aportación económica. El pozo, estará sometido al Comité Local de Gestión, a fin de que los usuarios, sin distinción ni de etnia, ni de religión, lo mantengan en las condiciones adecuadas para una utilización permanente, especialmente en la estación seca, la que va desde diciembre a junio, cuando los recursos hídricos desaparecen.


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