jueves, 8 de octubre de 2009

La Fundación visita varios proyectos hechos en Mali


Durante la primera semana de febrero, el presidente de la Fundación, Narciso Lozano, acompañado de dos socios de la misma, realizó una visita a Malí con el triple propósito de comprobar la sostenibilidad de algunos proyectos realizados en el 2004-2006; el estado de ejecución de otros que están a punto de finalizar, así como de analizar las necesidades de otros proyectos que se han solicitado a fin de evaluar a fin de priorizar los recursos disponibles.

La primera parada fue en Sikasso, la oeste del país, cerca de la frontera con Burkina Fasso donde en su segundo proyecto realizado (2004) por valor de 34.700 euros la Fundación financió la construcción de un aula de estudio, cocina y otras dependencias del internado de la Escuela Profesional. Los miembros de la Fundación tuvieron la oportunidad de departir con los cerca de 40 internos que mostraron su agradecimiento por las instalaciones donadas, en pleno funcionamiento, lo que facilita sobremanera la finalización de sus estudios en una rama profesional. Unos 800 km. al norte, en pleno corazón del país dogón se visitó, lo que supuso la inauguración celebrada por los lugareños con un espléndido festival el pozo y huerto de Satem: 65 metros en las entrañas de un terreno áspero y desértico que ofrecen agua potable a una zona muy remota del país. Los trabajos, ya finalizados, comenzaron en 2006.

En Bandiagara se supervisó la construcción de un dormitorio, una sala polivalente, cocina y lavadero, gestionada por las Hermanas del Angel de la Guarda, para dar alojamiento a las jóvenes que vienen al Instituto de esta ciudad, capital del país dogón. La estancia en el internado les facilita enormemente la continuidad de sus estudios, evitando alojarse en familias donde con demasiada frecuencia realizan trabajos serviles o sufren todo tipo de abusos, incluidos los de carácter sexual. La cimentación de las instalaciones y el perímetro exterior están acabados y se prevé la puesta en marcha hacia finales de año. El proyecto se inició en 2008 con una financiación de la Fundación valorada en 37.478 euros. Desde allí, la pequeña expedición visitó varias aldeas en el país dogón, como Tabitongo y Pel, donde las autoridades les presentaron varias necesidades: pozos de agua y maternidad.

En Mopti, a orillas del Níger y la ciudad más grande de la región se visitaron las magníficas instalaciones del Hospital Maternidad, construido en colaboración con el grupo italiano Mali-Gavardo a partir de 2005. La aportación de la Fundación fue de 30.000 euros. Con la directora se hizo un repaso de los logros obtenidos y las necesidades actuales, siendo la más destacada la necesidad de personal médico formado, especialmente enfermeras y cirujanos. De hecho, parte de las instalaciones no se usan todo lo que se podría por falta de doctores. La Fundación se comprometió a estudiar estas dificultades e intentar ayudar en la medida de sus posibilidades.

En las cercanías de Bamako, se visitó la granja de Moribabogou, gestionada por los salesianos españoles, un proyecto para el que la Fundación donó 19.440 euros en 2005. La granja y los terrenos anexos sirven de escuela para los alumnos de Formación Profesional de la Escuela de Formación Profesional en el mismo Bamako. Localizada en un extraordinario paraje, en las riberas del Níger, durante la visita se pudo observar a los alumnos en plena faena de cultivo y riego de plataneros, papayas, así como realizar otras prácticas agrícolas. La bomba con la que se extrae agua del río también ha sido donada por la Fundación.

En el mismo Bamako, la visita del presidente de la Fundación sirvió como inauguración de la Escuela Comunitaria, reseña de la cual se hace mención en otro espacio de este boletín. Fue, además, una magnífica oportunidad para examinar de primera mano la eficacia y el buen funcionamiento del dispensario que en el barrio de San Fils financió, con el apoyo de Cajamurcia, la Fundación en 2005 por un importe de 72.619 euros. El consultorio, muy bien gestionado por la asociación de vecinos del barrio realiza una magnífica función sanitaria en una zona muy desfavorecida.

La visita resultó altamente satisfactoria porque se pudo comprobar personalmente que los fondos destinados a los diferentes proyectos, tras cuatro años de funcionamiento, han mantenido su eficacia y continuidad en el tiempo, siendo en la mayoría de los casos apoyos esenciales para la obtención de agua potable, la finalización de estudios de formación profesional o una mejora incontestable de la sanidad, sobre todo en relación con los niños y las madres, la franja de la población más expuesta a enfermedades y epidemias.

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